Capitulo 815

La figura alta y esbelta de un hombre se destacaba en la entrada. Al ver la cara seria y guapa de Asier, Elia sintié un nudo en el estémago. Bajo la vista para ver a los cuatro pequefios angelitos parados a sus pies.

El miedo que sentfa se disipé inmediatamente, reemplazado por alegria y amor: “Mis pequefios, ;cémo es que estan aqui?”

La voz de Elia se suaviz6 inconscientemente.

“Mam4, ;te sorprendimos?” Iria extendié sus brazos regordetes y corrié para abrazar las piernas de Elia.

Luego, Inés se acerco y se apoyo en las piernas de Elia, frotando su pequefia cara contra ellas, mostrando cuanto la extrafaba.

Joel y Abel también entraron y se pararon junto a Elia, sus ojos oscuros e inocentes estaban llenos de aforanza, mirandola con una leve tristeza.

Elia estaba rodeada por los cuatro adorables nifios, su corazén se ablandé y los ojos se llenaron de lagrimas.

Tomo las manos de los pequenos, los llevé adentro y dijo: “jQué gran sorpresa, estoy tan feliz!” “jAy, mis pequefios tesoros han vuelto! Ven aqui, déjame ver si han crecido,” dijo Rosalinda, y su cara se iluminé con una sonrisa.g2

Miré a los cuatro pequefos, sus ojos estaban llenos de amor.

Se agachd y abrazé a todos, dandoles a cada uno un beso ruidoso en la mejilla.

"Abuela, dejaste saliva en mi cara,” se quej6 Joel, frotdndose la mejilla en que fue besado. A pesar de sus palabras, su voz sonaba feliz.

“iJajaja, es que la abuela los extrafi6 mucho!” Rosalinda se rio a carcajadas.

Elia mir6 la reunion alegre y calurosa entre Rosalinda y los nifios, una sonrisa jugando en sus labios. De repente, recordé que habia alguien detrés de ella que habia sido ignorado. Se volvié y vio a Asier de pie en la puerta, sus ojos oscuros y profundos brillaban como un fuego apagado, era como si estuviera a punto de estallar.

El corazon de Elia se hundio y répidamente se acercé a él, diciendo formalmente: “Adelante, hay muchos mosquitos afuera.”

Se habia preocupado tanto por llevar a los nifios adentro que habia olvidado invitar a Asier a entrar.

1/2

Solo los nifios podian hacer que ella olvidara a Asier. En su corazon, los nifios siempre tendrian prioridad.

Asier le lanzé una mirada y, sin decir una palabra, la sigui6 adentro.

Cuando entro, la habitacion de repente se llené con un aire pesado y opresivo. Rosalinda, que habia estado jugando alegremente con los nifios, se detuvo al darse cuenta de que Asier también estaba alli. Su entusiasmo se evapor6 al instante.

La sonrisa en su rostro se volvi6 incomoda. Tomé las manos de los nifios y dijo suavemente: “Vamos, vayan a jugar a la habitacién con la abuela. He hecho muchos juguetes de papel para ustedes, barcos, abanicos, de todo.”

"iS! Me encantan los barcos,” exclamo Iria.

“Me gustan los abanicos,” afiadié Joel.

Los cuatro nifios se fueron a la habitacién con Rosalinda.

En la sala, Elia se encontr6 sola con Asier.

Su presencia dominante siempre la hacia sentir un poco nerviosa.

"Um, siéntate un momento, iré a prepararte un vaso de agua,” dijo Elia, un poco incémoda. Mientras se dirigfa a la cocina, Asier la agarré del brazo. Su mano aspera y caliente envié un escalofrio por su espina dorsal.

Asier la atrajo hacia él con un pequefio tirén. El cuerpo de Elia chocé contra su pecho fuerte y firme y su corazon se acelerd.

Elia se sobresalto, sus ojos se encontraron con los de Asier y dijo: “Asier, no hagas nada- estdpido...”

Estaban en su casa, con los nifios y su madre presentes. No podia...

Los ojos oscuros de Asier la miraron fijamente y dijo: “;Y si lo hago?”

2/2

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you find any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report