Capitulo 814

Asier sintio el pequeno labio suave y tierno de la pequefia tocando su rostro, era una sensacion de felicidad, como si hubiera untado miel en su corazén y un sabor dulce se extendia en su interior. Eso superaba la sensacion pegajosa en su mejilla.

“Bien, ve a lavarte la cara, nos vamos cuando estés listo.” Asier puso a Iria en el suelo, instruyéndole.

"Si, voy a lavarme la cara con mama.” Iria dejo de llorar rapidamente, su voz incluso sonaba feliz. Tomo la iniciativa de agarrar la mano de Fabio, pidiéndole llevarla al bafio para lavarse la cara.

El estado emocional de Fabio también habia sido como una montana rusa, desde la tension inicial cuando Asier entré en la casa, hasta el panico cuando Iria restregé su nariz sobre Asier, provocando la satisfaccion y alegria de ese momento.

Asier era realmente tolerante con los nifos.

No solo no se enfadé por sus travesuras, sino que tampoco se molesté porque Iria ensuciara su ropa.

Era la primera vez que Fabio vefa a Asier aceptar que alguien ensuciara su ropa sin

enfadarse.

Fabio, tomd la pequefia mano de Iria y la llevé al bafio para lavarse la cara.g2

Mientras tanto, Asier subi las escaleras y también fue al bafio para lavarse la cara y cambiarse de ropa.

Cuando volvié a bajar, los nifios ya estaban sentados en fila en el sof, sus ojos inocentes y tiernos estaban llenos de expectativa.

Comparados con su traviesa actuacion anterior, en ese momento parecfan comportarse

de manera correcta.

“Vamos.” Asier les dirigi6 una mirada y comenzé a caminar hacia la puerta.

Los pequefines saltaban del sofa uno por uno, siguiéndolo como pequefas zanahorias.

Asier manejo el auto personalmente, Abel se sent6 en el asiento del copiloto, y los otros tres pequefios se sentaron en la parte trasera.

El Rolls Royce negro corté el neén nocturno, corriendo hacia el Barrio Santa Marta.

Elia, después de bafarse, estaba aplicando medicina en la cara de Rosalinda

“Madre, no debes dejar entrar a cualquiera en el futuro, mira tu cara, como te han arafiado.” Elia miro las tres marcas de rasgufios en la cara de Rosalinda, la carne estaba

casi arrancada, la herida era profunda.

Eso mostraba cuanta fuerza habian utilizado esa madre e hija.

Si ella no hubiera vuelto a casa ese dia, su madre podria haber sido golpeada hasta la muerte sin ayuda.

Pensando en eso, Elia sentia un nudo en el corazén.

No solo por las constantes mentiras de Gabriel a Rosalinda, sino también porque Rosalinda se dejaba engafar una y otra vez.

Rosalinda no lo decia, pero ella sabia que todavia deberfa tener expectativas sobre Gabriel.

;Por qué no podia dejar ir a ese hombre sin escripulos y sin limites?

“Lo entiendo, no dejaré entrar a nadie en el futuro.” Respondié Rosalinda, a su edad, estaba siendo regafiada por su propia hija, su orgullo estaba herido, y estaba un poco

molesta.

Elia sabia que Rosalinda era dominante y no le gustaba ser regafiada, asi que no dijo

nada mas.

Después de aplicar la medicina, estaba a punto de cerrar el botiquin cuando alguien llamé a la puerta.

“Iré a abrir la puerta.” Rosalinda se levant6 para responder.

Elia la detuvo y la regafi6 otra vez: “Acabo de decirtelo, no debes abrir la puerta a la ligera, ;ya lo olvidaste?”

Rosalinda se qued6 aténita, dandose cuenta de que no tenfa conciencia de seguridad, y dijo: “De acuerdo, de acuerdo, no voy a abrir la puerta, hazlo ti.”

Elia cerré el botiquin, caminé hasta la puerta, y pregunté con cuidado sin abrirla: “;Quién

es?”

“Mam4, soy yo, tu pequefio tesoro.” Desde afuera, se escuchd la voz tierna y adorable de

Iria.

Los nervios tensos de Elia fueron aliviados al instante, la alegria llené su ser como un mar, y aliviada y feliz, abrio la puerta de inmediato.

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