¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1658

Capitulo 1658

Elia y Asier habfan estado enredados en un complicado romance desde hace tres afios,

y y hasta el dia de hoy, atin no habia un desenlace. Ella ya estaba herida en alma y cuerpo. No podia olvidar cuéntas noches habia llorado bajo las sdbanas, sanando sus heridas en soledad.

Se recuperaba en cada colapso y colapsaba después de cada recuperacion.

Con cada derrumbe, su corazon se fatigaba un poco mas.

Esta ultima vez, casi fue destruida por alguien después de emborracharse.

Pero en el momento en que se liber, el dolor de Elia se disip6 repentinamente.

Si Asier querfa casarse con Cecilia, que lo hiciera. No tenfa sentido que ella se entristeciera.

La tranquilidad era la manera de tratarse bien a si misma.

;Por qué deberia torturarse en silencio, por qué hacerse sufrir?g2

Jimena también tuvo una epifania. En el pasado, estaba tan obsesionada con el amor que la guapura de Orson la cegaba, y se lanzaba a sus brazos sin pensar, hasta que tuvieron dos hijos. Aunque no se arrepentia de haber quedado embarazada antes del matrimonio y de haber tenido dos hijos, ahora sabia que Orson y Priscila estaban destinados a estar juntos. No tenfa sentido aferrarse a las palabras que Orson le habia dicho antes de su matrimonio.

Desear lo imposible era simplemente torturarse a si misma.

Cuando fue secuestrada y herida, tuvo que salvarse por sf misma.

Una mujer nunca debe depender de nadie, solo puede confiar en si misma para siempre. “Dimas, eres un delincuente habitual! Ven con nosotros a la comisarfa!”, grité el policia mientras escoltaba a Dimas fuera de la habitacion del hotel.

Antes de salir, Dimas volte a mirar a Elia y Jimena con una mirada feroz, llena de frustraciéon por no haber logrado su cometido, llevando un atisbo de amenaza.

Como si dijera, cuando salga, ustedes no podran escapar

Dimas ahora se arrepentia de haber dejado ir a Jimena..

Capitulo 1658

Penso6 que nadie pasarfa por ese lugar remoto y desolado a altas horas de la noche, y si alguien pasaba, tomarfa mucho tiempo. Para entonces, él ya habria terminado su negocio y escapado sin temor a que Jimena trajera ayuda.

Pero no cont6 con la suerte de Jimena, quien encontré a un policia y lo lev directamente a la habitacion, frustrando sus planes y resultando arrestado.

Se lamentaba por conocer el lugar demasiado bien y por ser demasiado confiado. No. imaginé que Jimena tendria tanta suerte.

Al recibir la amenaza en la mirada de Dimas, Elia y Jimena sintieron un escalofrio y algo de miedo. Pero en el siguiente segundo, Dimas fue llevado por la policia.

Elia y Jimena se apoyaron mutuamente y dejaron el hotel.

De vuelta en Puerto de Estrellas, Elia le consiguié ropa a Jimena y le dijo: “Ve a tomar una ducha caliente, relajate.”

"4Y t0? También deberias ducharte”, dijo Jimena preocupada.

“Iré al otro bafio, ti quédate aqui”, respondio Elia.

Después de una ducha caliente que les quité el olor a alcohol y el polvo del camino, ambas se sintieron relajadas y agotadas. Esa noche, durmieron juntas en la misma cama, dandose animos mutuamente y esperando no tener pesadillas por la noche.

Durmieron hasta el mediodfa, ambas descansaron bien y no tuvieron malos suefios.

Cuando Elia abri¢ los ojos, la luz del sol la golped y levanté la mano para bloquear el resplandor. En un momento de claridad, sinti6 una relajacién como nunca antes.

Con una sonrisa en sus labios, se dio cuenta de que algunas cosas, cuando se ven desde otra perspectiva y se dejan ir, no son tan dolorosas después de todo.