Capitulo 1284

Elia desperté y eran mas de las tres de la tarde.

Su madre ain dormia, asi que se levanté con cuidado para no despertarla, sintiendo el estémago rugir de hambre. Decidié que iria al restaurante de abajo a comprar algo para comer.

Al llegar a la puerta y abrirla, se encontré de frente con la persona que estaba parada alli.

Era un hombre de rostro atractivo, con una sonrisa en sus ojos, y un aura amigable que le hacia parecer facil de tratar.

Era Ramiro.

Elia, sorprendida, lo saludé cortésmente: “Sr. Ramiro, no se tomo un descanso?”

Después de hablar, mir6 hacia el baston de Ramiro, que tenfa colgada una bolsa con comida para llevar. El estaba apoyando un pie en alto, sin poder pisar, usando el bastén para moverse, mientras el otro pie soportaba su peso y tenia un brazo enyesado con un soporte alrededor del cuello, mostrando claramente su dificultad para caminar.

A pesar de su incomodidad, ain habia traido comida para llevar.g2

Con una sonrisa célida en su rostro, Ramiro dijo con ternura: “No has comido nada atin, debes de tener hambre. Pedi algo de comida para llevar en el restaurante de abajo. Deberfas comerlo mientras esté caliente.”

Al escuchar a Ramiro, Elia sinti6 una conmovedora sensacion. Ramiro realmente habia traido comida para ella y su madre.

"Elia, ;quién esta ahi? La voz de Rosalinda resoné desde dentro de la habitacion.

Elia se gir6 y respondié: “Es el Sr. Ramiro.”

“Buenos dias, sefiora, ya se ha despertado,” Ramiro también respondié hacia el interior.

“iAh, el Sr. Ramiro! Por favor, pasa,” invit6 Rosalinda con entusiasmo.

Elia se hizo a un lado y dijo: “Sr. Ramiro, por favor, entre.”

Ramiro no se hizo de rogar y entré cojeando.

Al verlo caminar con dificultad, Elia instintivamente quiso ayudarlo.

Levanté la mano, pero luego se detuvo, recordando algo, y la dejé caer desanimada, abandonando la

idea de ayudarlo

Su vida ya estaba en ruinas y no podia permitirse arrastrar a Ramiro en ella.

No queria dar lugar a malentendidos.

El habfa bromeado antes diciendo que le gustaba, y eso habia hecho que Elia se diera cuenta de que no podian estar demasiado cerca.

"Yo te ayudo, Sr. Ramiro,” dijo Rosalinda, adelantdndose a sostener a Ramiro y tomar la bolsa de comida de su baston

Rosalinda instintivamente ayudé a Ramiro a sentarse en la cama més cercana.

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Capitulo 1284

Normalmente, esto no habrfa sido un problema; en una habitacion sin sillas, los huéspedes suelen sentarse en la cama.l

Pero Elia record6 que Asier habia mandado a cambiar las sdbanas solo porque Ramiro se habia sentado en la cama el dia anterior.

Répidamente intercedié: “Sr. Ramiro, por favor, tome asiento aquf en el sofa del alféizar de la ventana, es

cuero y mas comodo.”

de

Aunque no habia sillas en la habitacién, habia un sofa pequefo junto a la ventana, solo o

que estaba un poco lejos de la puerta y en una posicion algo aislada, por lo que no era el primer lugar en el que alguien pensarfa sentarse al entrar.

Ramiro, con la ayuda de Rosalinda, estaba a punto de sentarse en la cama cuando oy¢ la sugerencia de Elia y se detuvo.

No sabia si seguir bajandose o levantarse, lo cual seria un tanto embarazoso.

Rosalinda mir6 a Elia con reproche: “Nifa, ;por qué haces que el Sr. Ramiro se siente alla? Esta herido y es mas comodo aqui.”

Mientras Rosalinda regafaba a Elia, Ramiro salié en defensa de ella: “Sefiora, no se enoje con Elia. Entiendo que soy un hombre y no es del todo apropiado que me siente en su cama. Iré a sentarme en el sofé junto a la ventana.”

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