Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa -
Capítulo 1931
Capítulo 1931
Maira se sentia sucia, invadida por una ira que le llenaba el estómago y solo queria huir de aquel lugar para enfrentar a Alonso y Cecilia y preguntarles qué demonios estaban tramando.
Justo cuando llegó a la puerta, la del baño se abrió de golpe: “¿Qué pasa? ¿Despiertas y ya te quieres ir?”
La voz familiar hizo que Maira se detuviera en seco. Se volted y ahí estaba Leonardo, desprovisto de camisa y mostrando su torso desnudo: “Ay!”
Maira soltó un chillido y avergonzada, se cubrió los ojos con las manos: “¿Qué haces aqui?”
“¿Y a quién esperaba encontrar la señorita Jurado?” Leonardo echó un vistazo a la ropa que llevaba puesta y entrecerró los ojos, clavando la mirada en las piernas delgadas que asomaban bajo su propia camisa blanca.
Leonardo frunció el ceño levemente, tragando saliva sin querer.
Al notar que Leonardo observaba cómo estaba vestida, ella se sintió incómoda y en un gesto torpe, se movió hacia un lado para tomar una manta y cubrirse las piernas: “Es que no encontré mi ropa y tomé lo primero que vi, entonces, ¿esta camisa es tuya?”
*¿Acaso pensabas que era de alguien más?” Leonardo se sentó en el sofá con aire de indiferencia, “¿Del señor Walter, quizás?”
Al oir mencionar a ese hombre, Maira se sorprendió, “¿Cómo sabes del señor Walter?”
“Señorita Jurado, yo no exijo mucho, pero mientras dure nuestro acuerdo, no puedes avergonzarme a mi o a mi familia.”
Maira bajo la vista, “Lo siento, fue un descuido que casi me cuesta caro. No volverá a ocurrir. Eh, anoche, ¿fuiste tú quien me salvó? Entonces nosotros…”
Recordaba que esa copa de la noche anterior definitivamente tenia algo raro y si había sido Leonardo quien la había rescatado, ¿habrian acabado teniendo relaciones nuevamente?
Con ese pensamiento, Maira bajó la cabeza, incapaz de mirar a Leonardo de nuevo.
A pesar de que no queria que nada sucediera con Leonardo, prefería mil veces que fuera él y no ese hombre pegajoso y repugnante.
“¡Ni lo sueñes!” Leonardo se expresó con poca paciencia y una sonrisa burlona.
“Quieres decir que…” Maira levantó la vista de golpe, “nada ocurrió entre nosotros y… ¿qué pasó con ese Walter? ¿No me hizo nada, cierto?”
Leonardo tomó su café de la mesa y dio un sorbo: “No, aunque seas solo mi esposa de nombre, no permito que nadie se atreva a faltarme al respeto.”
Al escuchar eso, la chica suspiro aliviada.
Nada habia sucedido la noche anterior, ni con Walter ni con Leonardo, eso era lo mejor que podría haberle pasado.
pues, gracias por salvarme.” Maira agradeció con sinceridad, consciente de que si no hubiera sido por él, no habría podido escapar.
No quería ni imaginar cómo se sentiria si se hubiera despertado y descubierto que Walter la habia mancillado, ni qué clase de ánimo le quedaria para seguir adelante con su vida.
Si. Leonardo no hubiera intervenido, hoy la historia sería muy diferente.
“No hay por qué agradecer, no te salvé solo por tu bien.”
Leonardo dejó su café y cruzó las piernas, mirándola con seriedad: “Señorita Jurado, espero que no hayas olvidado que ahora eres la señora Ibarra, mi esposa ¿verdad?”
Capitulo 1931
“Por supuesto que no lo he olvidado.” Al ver la mirada de Leonardo, ella se sintió intimidada y se enderezó en su asiento, “Lo siento, ayer tuve que salir por un asunto especial y por eso fui a ver al señor Walter, no es lo que estás pensando.”
Leonardo la miró con una expresión serena pero firme: “Si alguien llega a chismear que tienes algo con otro tipo, eso sería un escándalo mayúsculo para los Ibarra. Además, Srta. Jurado, nuestro trato dura un año y durante ese tiempo, no puedes tener ningún rollo con otros hombres. Te pido que lo tomes en serio.”
lo conocía.
Esa era la frase que Leonardo le había repetido más veces desde que
Tardó un momento en reaccionar y luego, agitando las manos hacia él, dijo apresurada: “No es lo que estás pensando, te puedo explicar, todo tiene una explicación.”
Maira, con las emociones a flor de piel, se levantó de un salto, ansiosa por demostrar su inocencia. En su prisa, la tela de la sabana se movió revelando sus piernas esbeltas.
Capitulo 1932
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