Capítulo 1850

Berta sintió mucha vergüenza, bajando la cabeza por su esposo, “Esther, sé que esto no está bien, pero aun asi espero que puedan ser indulgentes. ¡El cometió ese error porque estaba demasiado preocupado por nuestra hija! ¡Haré que se redima con ustedes!”

Arturo, al ver a su esposa humillándose ante esa joven, frunció aún más el ceño. Estaba a punto de hablar, pero su hija menor le tiró de la mano para detenerlo y a regañadientes cerró la boca.

Esther intuyó lo que estaba pasando, su rostro permaneció inexpresivo, con una sonrisa ambigua.

“Sra. Berta, hay un dicho muy común, ¿lo ha oido?”

La mujer parecia desconcertada, “¿Qué?”

La mirada de Esther se agudizó repentinamente, “Si las disculpas funcionaran, para qué necesitamos a la

policia!”

Berta parecia incómoda: “Eh…”

Esther continuó, Sra. Berta, sé que eres la mejor amiga de mi madre y has cuidado mucho de ella a lo largo de los años, ¡pero debemos mantener las cosas separadas! ¡Respetaré y agradeceré la amistad entre mi madre y tú! Pero a tu esposo, el Sr. Arturo, ¡no puedo perdonarlo!

¡Amas a tu marido y yo amo al mio! Aunque gracias a Dios mi esposo está a salvo y puede estar a mi lado hoy. eso no significa que podamos pasar por alto el daño que tu esposo le ha hecho en el pasado.

Según tengo entendido, mi esposo fue confinado a una silla de ruedas porque tu esposo le rompió las piernas. ¿no es así? El dolor que ha sufrido no puede ser simplemente olvidado.

Y tu hija mayor, con malas intenciones, ha estado usando tácticas despreciables para mantener a mi esposo y uno de mis hijos a su lado, el daño emocional que han sufrido es aún mayor.

¡No puedo simplemente perdonar a tu esposo en nombre de mi esposo solo porque eres la mejor amiga de mi

madre!

No puedo hacerlo y tampoco permitiré que mi esposo soporte esto por mi bien.”

Berta se quedó sin palabras. Sabia muy bien lo que Adrián había pasado en los últimos tres años, tenia que admitir que su esposo le había hecho mucho daño.

“Esther, solo espero que puedas darle una oportunidad para redimirse.”

Esther resopló con desden, “Lo siento, ¡no necesitamos redención!”

Incapaz de razonar con Esther, Berta volvió su mirada a Leticia. Su amiga la miró, su mirada temblo un poco, pero al final desvio la vista

Si este problema le hubiera ocurrido solo a ella, tal vez realmente lo habría dejado pasar por Berta

Pero esto le habia sucedido a su hija y al hombre que ella amaba No queria obligar a su hija a hacer algo asi

A lo largo de los años, ella ya le habia fallado mucho a su hija No queria agregar más carga después de su

reunión

Por lo tanto, solo podia disculparse con Berta

Cuando Berta vio que Leticia evitaba su mirada, comprendió y suspiré con resignación

“Bueno, entiendo cómo se sienten, dejémoslo asi Olvidemos lo que acabo de decir Esther aprovecha

mientras la comida aún está caliente y come algo con tu madre y el Sr. Gómez, no estará tan rica cuando se

enfrie

Ella asintió ligeramente, “Gracias por su comprensión, Sra Berta‘

Al ver eso, Arturo sintió que sus disculpas habían sido en vano y se giró para marcharse

Carmen, siguió a su padre, agarrándolo de la mano, “¡Papá, ¿a dósnde vas?!

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you find any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report