Capítulo 1849

En el hospital.

Mientras Esther conversaba con su madre, Adrián se sentaba tranquilamente a un lado, pelando manzanas

para ambas

Esther le decía que no usara su brazo, pero él no hacía caso y simplemente decía que estaba bien.

Como su brazo estaba herido, no volvió a la oficina en la tarde y dejó que sus subordinados se encargaran de

algunos asuntos.

El tiempo volo y ya era la tarde. Esther estaba pensando en qué comida para llevar pedir para cenar con su madre, cuando alguien tocó la puerta de la habitación del hospital.

Adrián se levantó para abrir la puerta y se encontró cara a cara con Arturo, frunciendo el ceño al instante

Arturo tampoco parecía muy feliz, mirándolo de arriba abajo, con la mirada finalmente cayendo sobre sus piernas y gruñendo.

“Vaya, así que tus piernas están bien ahora, jantes parecía que estabas haciendo un gran espectáculo!”

Adrián entrecerró sus ojos alargados y atractivos, “¿Acaso tengo que ser honesto contigo?”

Arturo estaba a punto de hacer un comentario sarcastico, pero Berta le tiró del brazo a tiempo, “Sr. Gómez, lo he traido para disculparse contigo y con Esther“.

¿Disculparse? Adrián soltó una risa fria, sin pensar que Arturo tuviera ese nivel de autoconciencia.

Al final, solo asintió a Berta y volvió a su lugar junto a Esther.

Esta, agarrando el brazo de su marido, entró en la habitación del hospital y cerró la puerta.

Al ver a Arturo, los ojos de Esther se llenaron de cautela.

La sonrisa de Berta era cálida pero incómoda, “Esther, hemos traido la cena para ustedes, ¿por qué no comen un poco primero?”

Carmen corrió hacia ella con una caja de comida, “¡Esther, toma! ¡Es delicioso!”

Esther extendió la mano y tomó la caja de comida, colocándola en la mesa al lado, luego sonrio friamente, “Sra Berta, el tiempo es perfecto. Justo estaba pensando en qué comida para llevar pedir, y aqui esta su cena!”

La mujer soltó una risa nerviosa, “¡Entonces no pidas comida para llevar! ¡Coman mientras está caliente! No estoy segura de qué les gusta, así que pedi algunos platos que pensé que le gustarian a tu madre.”

Esther sonrio ligeramente, “No hay prisa por comer. Sra. Berta, supongo que trajo a este hombre con usted porque tiene algo que decirnos, ¿verdad?”

La mujer asintió honestamente, “Esther, el vino para disculparse contigo y con el Sr. Gómez Estos tres años, han estado separados por nuestra culpa, realmente lo sentimos Arturo, debes disculparte con ellos

El hombre frunció el ceño, claramente reacio a hablar.

Carmen tiró de la mano de su padre. “Papa, habla Debes ser un buen ejemplo para mi!”

Arturo bajó la mirada hacia su hija y finalmente se armo de valor para hablar, “Lo siento, estos tres años les he causado muchos problemas, fue mi error y lo siento mucho”

Hablo rápido y sin la entonación apropiada

Esther se volteo y miró a Adrián, los dos entendiendo el mensaje sin palabras.

Luego, Esther levantó una ceja y miró a Arturo, cuyo rostro no mostraba ningún signo de arrepentimiento. finalmente dejó su mirada en Berta, “Entonces, ¿Sra Berta espera que simplemente lo perdonemos así?”

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