¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 989

Capitulo 989

Cada vez que mencionaba su nombre, un ligero panico se apoderaba de su corazén.

Bruno le cedié su lugar y se quedo al lado del ascensor, esperando en una postura atenta mientras ella entraba. Antes, Elia podia bromear con Bruno, pero en ese momento el ambiente se habia vuelto mas serio, y

su corazon latia con fuerza.

A pesar de su temor, se adentré en el ascensor. Ya que habia llegado, no habia razén para retroceder.

Cuando las puertas del ascensor se cerraron, Bruno se marché con una sonrisa en los labios.

Elia habia venido personalmente a buscar a Asier. Eso seguramente le levantaria el &nimo, porque cuando él estaba de mal humor, toda la empresa parecia sumirse en una opresion que no dejaba respirar a nadie. Era

realmente incémoda esa situacion.

El ascensor subié hasta el Ultimo piso y Elia sali6 directo al despacho del presidente.

Levanté la mano para tocar la puerta, pero su corazén comenz6 a palpitar con nerviosismo. Habia reunido valor para venir, pero enfrentarse a Asier en solitario era otra cosa, y el miedo la invadia de nuevo.

Respiré profundo varias veces, preparandose mentalmente antes de presionar el timbre con determinacién.g2

Apenas tocé el timbre, la puerta de cristal se abrié automaticamente, como si siempre estuviera lista paral recibir a los visitantes.

Elia entré al despacho con el corazén en vilo.

Al entrar, el frio del ambiente la envolvié por completo, tensando su piel. Levanto la vista y vio la imponente figura de Asier sentado en su sillén de cuero, emanando una presencia intimidante. Sus ojos oscuros y profundos estaban fijados en ella, como un depredador observando a su presa. Elia, nerviosa, avanzo paso a paso hacia adelante.

Se detuvo a un paso del escritorio, control6 el miedo que sentfa hacia él y finalmente hablo: “Sr. Griera, soy Elia, la secretaria del Sr. Fuentes. He venido para discutir algunos asuntos relacionados con el contrato que ya no continuaremos. El Sr. Fuentes me envié para hablar sobre la disolucién del acuerdo.”

Elia hablaba con un tono estrictamente profesional.

La mirada intensa de Asier nunca se aparté de su rostro, pareciendo un abismo que la hacia temblar, era como si estuviera a punto de caer en sus profundidades y ahogarse.

"Siéntate para hablar.”

Justo cuando Elia sentia que ya no podia soportar mas la tension, la voz grave de Asier resoné.

Se levanté con una actitud imponente, y su sombra cubri6 a Elia por completo.

Ella retrocedi6 instintivamente dos pasos, pero al ver que él la invitaba a sentarse, entendié que no se referia al borde del escritorio, sino a los sofas.

Con el corazon acelerado y latiendo con fuerza, se apresuro a sentarse en un sofa individual

La noche anterior, algo habia sucedido en ese mismo sofd, y nadie sabia mejor que ella lo que habia ocurrido.

No querfa revivir la dolorosa y vulnerable experiencia de esa noche de nuevo

Asi que astutamente eligi el sofé individual, pensando que asf él no podria dominarla.

Un viento frio la rozé cuando Asier pasé junto a ella y se sent6 en el sofa de dos plazas a su lado. Con movimientos elegantes y tranquilos, sirvié dos vasos de agua con limén de una jarra que estaba en la mesa del centro.

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Le ofrecié un vaso, que dejo frente a ella en la mesa baja, y con voz baja y resonante pregunto: "Ademas de venir por encargo del Sr. Fuentes, shay algo que ti desees contarme?”

Elia se sorprendié. ;Qué deseo propio podria tener?

Su mente se iluminé de repente, recordando la noche anterior cuando él la habia inmovilizado sobre el sof sin contencién alguna.

El corazon le saltaba en el pecho, sintiéndose como si descansara sobre un campo de espinas.

Elia se apresur6 a decir, “Sr. Griera, estoy aqui representando al Grupo Fuentes para hablar sobre el contrato.” Estaba nerviosa y apretaba con fuerza el portafolios que llevaba consigo

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