¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 977

Capitulo

Capitulo 977

;Cuantas mentiras habia dicho ante éI?

Ese dia, cuando la secuestraron, ella bien podria haberle contado con lujo de detalles lo que sucedio, pero opté por ocultar la verdad con evasivas y mentiras.

¢A quién estaba protegiendo con tanto esmero al mentir?

Aparte de Ramiro, ;quién mas importaba tanto para ella que estaba dispuesta a mentir para cubrirlo?

Las palabras gelidas y arrogantes de Asier resonaron como un hechizo, golpeando los oidos de Elia y haciendo que su cabeza zumbase y su corazon se estremeciera.

Sus ojos se calentaron en un instante y las lagrimas cayeron silenciosas por sus mejillas.

Se mordi6 los labios con fuerza y se negaba a dejar escapar el menor sollozo.

Solo queria proteger a su madre, temia perderla y no se atrevia a correr ningun riesgo.

Pero Asier la sospechaba y castigaba de esa forma.g2

El dolor en su corazén era amargo, como un trago de quina, tan intenso que le obstrufa la garganta.

Asier, al ver que ella no hablaba y solo lloraba, sintié como si algo en su corazén se desgarrara levemente

Recordé que cada vez que terminaban de hacer el amor, ella tenia esa misma expresion de agravio. Apreto los dientes, su rostro se tensé y sus profundos ojos oscuros se nublaron. Su respiracion se volvié més pesada de lo normal y, después de mirar a Elia por unos segundos, dio media vuelta y sali¢ de la oficina.

El frio invernal de la oficina se disip6 gradualmente con la salida de Asier.

Elia, incapaz de contener mas su dolor y su agravio, dejo que las lagrimas fluyeran sin control, llorando en voz

alta.

Fuera de la oficina, Asier escuchaba el llanto de Elia, se detuvo y su espalda se tensé de repente. Cerré los pufios, apret los dientes y se alejé con pasos largos.

Una vez que las compuertas de las emociones se abrian, era dificil cerrarlas. Elia lloraba hasta que sintié que habia liberado la presién y el dolor de su corazén.

Finalmente, se detuvo y se levanté lentamente del sof, sus piernas se sentian débiles y su espalda le dolia mucho

Soport¢ el dolor, recogié su ropa del suelo y se la puso.

Los botones estaban todos arrancados, imposibles de abrochar.

Lo Unico que podia hacer era usar una grapadora que encontré en la oficina de Asier para sujetar su ropa.

Después de arreglarse un poco, se apoyo en el escritorio y en las sillas para salir lentamente de la oficina.

Cuando llegé a la entrada del Grupo Griera, vio un Rolls-Royce negro.

El lujoso coche negro, bajo las luces de nedn de la noche de la ciudad, brillaba con un esplendor misterioso y opulento.

Al ver ese coche, Elia sintié un sobresalto y se detuvo instintivarnente.

Se quedo parada, mirando con aprension el vehiculo que tenia delante.

La ventana se bajo y revel el rostro frio y hermoso de Asier, con sus rasgos iluminados por el reflejo azul del

neon.

“iVen aqui!” La voz imperiosa de Asier resoné.

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Capitulo 977

Elia estaba tensa por los nervios y, aunque se sentfa aterrada, caminé hacia el coche.

Abri6 la puerta y se sento, no se atrevia a relajarse en lo mas minimo con la presencia dominante y opresiva de Asier a su lado

Apenas el auto comenzé a moverse, el celular de Asier sond

Desliz6 para contestar y puso el altavoz.

"Asier, ya estoy en el hotel, ;por qué no los veo?”, era la voz del Dr. Morales

Al escuchar al Dr. Morales, el corazén de Elia se contrajo y su respiracion se ralentizo.

Recordé que el Dr. Morales iba a examinarla porque habia dicho que le dolia la barriga.

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