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Capitulo 963

Capitulo 963

En un lujoso salon privado, el hombre regordete que habfa secuestrado a Elia estaba jugando a los dados con su compinche.

“iVamos, si esta vez no es una tirada alta, apuesto todo lo que tengo!” exclamé el hombre regordete, golpeando la mesa con un montén de billetes. Sus ojos estaban tan abiertos que parecian los de un sapo, clavados en los dados cubiertos por la tapa.

Despues de recibir el dinero de Felipe, habia corrido a ese lugar para recuperar lo que habfa perdido antes.

El hombre frente a él vestia una camisa estampada y sostenia un cigarrillo entre los labios, el humo de su cigarrillo se esparcia por el aire.

Mirando al hombre regordete con una sonrisa socarrona, pregunté: “;Estas seguro de que vas a apostar a lo grande?”

"iSeguro! jRevela!” grité el hombre regordete.

El hombre de la camisa estampada puso su mano sobre la tapa, listo para levantarla.

Los ojos del hombre regordete se abrieron atin més, su corazon lata fuertemente mientras se concentraba en la tapa que estaba a punto de ser levantada. jEl nimero que aparecerfa era su destino!

Justo cuando estaba a punto de revelarse...g2

El hombre regordete contuvo la respiracion, y de repente, “Bang!” La puerta del salon fue pateada con fuerza.

El hombre regordete miré hacia la puerta con irritacion y pregunté. ;Quién es?!”

Sin embargo, vio a un grupo de guardaespaldas rodeando a un hombre de presencia imponente, con un aura fria y desafiante

Era un hombre con quien no se queria meterse

El hombre regordete contuvo un poco su arrogancia.

El hombre de la camisa estampada, que habfa visto mucho mundo, reconocié a Asier. Al verlo entrar, se puso de pie rapidamente y con una reverencia se acercé a él: “Sr. Griera, ;qué lo trae por aqui? Es un honor tenerlo en nuestro establecimiento hoy...”

No pudo terminar su frase, un guardaespaldas lo aparté de un empujon.

Asier se acerc6 al hombre regordete con una mirada aguda y helada.

El hombre regordete, asustado por su aura, se puso de pie mostrando una sonrisa nerviosa: “Sr. Griera, ;me buscaba?”

No habia visto a Asier antes, pero habia oido rumores sobre él.

Era un magnate de los negocios y un poderoso sefor de la Capital, conocido por su mano dura Quien se metiera con él, no tendria buen final

Cuando oy6 al hombre de la camisa estampada llamarlo Sr. Griera con un tono ansioso y adulador, el hombre regordete de inmediato comprendi6 que estaba frente al poderoso Sr. Asier Griera, el rey de la Capital

Asier se acerco a él, y el hombre regordete se sinti6 a la vez emocionado y temeroso

Asier no dijo una palabra, solo dio una mirada a uno de sus guardaespaldas.

El guardaespaldas se acercé rapidamente y le propiné una patada en el vientre al hombre regordete.

“ijAah!” El hombre regordete cay al suelo, agarrandose el area golpeada y retorciéndose de dolor. El guardaespaldas se agaché y comenzo a registrar al hombre regordete, y rapidamente sac6 un teléfono movil de su bolsillo.

Capitulo 963

Le pas6 el dispositivo a Asier

Con ojos penetrantes, Asier examino el teléfono, era el de Elia, pero estaba apagado

Que el teléfono de Elia estuviera en manos de ese hombre desagradable solo podia significar una cosa él

habia secuestrado a Elia

La atmdsfera alrededor de Asier se volvié tan fria y pesada que parecia que congelaria todo a su alrededor

Con una mirada asesina, Asier fijé sus ojos en el hombre regordete que alin se retorcia en el suelo *ic Dénde esta Elia?!”

El cuerpo del hombre regordete se tensé de repente.

No habia escuchado mal; Asier estaba preguntando por Elia.

Elia era la mujer que habia secuestrado ese mismo dia.

Mientras el hombre regordete segufa aténito, fue levantado por los guardaespaldas y lanzado contra la pared

Hubo un fuerte sonido cuando su cabeza golpeo la pared, dejandolo mareado y con dolor.

Antes de que pudiera recuperarse, fue agarrado por el cuello de la camisa por los guardaespaldas y sus manos fueron esposadas detras de su espalda, retorciendo sus mufiecas en un angulo doloroso "jAy, ay, ay duele!” El hombre regordete grité de dolor.

"Habla! ;Dénde estd la duefia de este teléfono que encontramos en tu bolsillo? Si no hablas ahora mismo, comprobaré que es mas duro tu hocico o tus huesos”, amenazé el guardaespaldas, incrementando la presion

en su mufieca

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