Capitulo 762

En un instante, Elia reconocio a Sal, aquel hombre que la habia estado mirando con una intensidad inquietante.

Pese a ello, no dijo nada.

No era su culpa que a él le gustara. Tampoco era un error por parte de Satil.

Simplemente, en ese momento Elia no tenfa el derecho de buscar el amor. No queria ser una carga para él.

Con calma, Elia rechazé sus avances: “Gracias, pero prefiero tomar un taxi para volver a casa. Es mas conveniente de esa forma.”

Sal respondio rapidamente. “No hay problema, voy en esa direccién de todas formas,”

Aunque no sabia donde viva, insisti6 en que estaba de camino.e2

Elia no queria darle falsas esperanzas, asi que lo confronté y dijo: “Saul, no me persigas. No puede pasar nada entre nosotros. Hay muchas mujeres maravillosas en la oficina. No desperdicies tu tiempo,conmigo.”

Ella pensaba en su bienestar. Si continuaba persiguiendola, solo estarfa malgastando su tiempo. Quizés incluso le causaria problemas.

La cara de Salil se oscurecié, ya no mostraba la amabilidad de antes, incluso parecia un poco agresivo.

“Quieres estar con Don Fuentes? ;Crees que eso era posible? Era bueno tener ambiciones, pero hay que ser realista.”

Elia se quedo atonita. Hacia un momento, estaba preocupada por desperdiciar su tiempo, y le habia aconsejado amablemente que no perdiera mas tiempo con ella.

Para su sorpresa, Sal la despreciaba en su corazén, pensando que ella solo era adecuada para estar con él, un simple empleado de compras. No, tal vez él pensaba que jsi ella estuviera con él, estaria por encima de su nivel!

Elia no pudo evitar reirse y dijo: “Soy muy consciente de mi situacién, jno merezco tu coche! iAdios!”

Se dio la vuelta y siguié caminando, sin querer perder mas tiempo con él.

El coche de Salil la seguia lentamente. Mientras conducfa, Saul se asom6 por la ventana para hablarle: “Mis padres tienen pensiones, mi trabajo es estable, y soy hijo tnico. Si estas conmigo, no tendrés que trabajar ni preocuparte por la vida diaria. Podras dedicarte a cuidar a los nifios. No entiendo, ;qué es lo que no te satisface? La posicion de nuestro jefe es evidente, muchas mujeres desean ser su amante, alguna lo ha logrado? Mujeres como td, se acercan a él con altas expectativas y grandes ambiciones, pero sin la capacidad de ver su propio estatus.”

Elia se rio. Un hombre que apenas habia conocido estaba intentando seducirla de la manera mas descarada.

Elia se detuvo abruptamente, con una mirada penetrante y le dijo: “Ya que eres hijo Unico, ;por qué no lo sigues siendo? Nosotras, las mujeres, no somos dignas de alguien con un trono que heredar. iQuédate con la pensién de tus padres y envejece solo!”

iDe ninguna manera!

Un hombre de ese tipo, serfa raro si tuviera novia.

La cara de Salil se oscurecié. Par6 el coche al borde de la carretera, se bajé y agarré la murieca de Elia y dijo: “Sube al coche!”

Con su fuerza, intent arrastrar a Elia al coche. Pensaba que conquistarla serfa facil, que solo tendria que acostarse con ella y ya no se resistirfa. “jSuéltame!” Elia luché, sorprendida por su repentina furia.

Justo cuando estaba a punto de ser arrastrada al coche, un vehiculo negro aparecié de la nada, cruzando las luces de nedn de la noche, y golpe6 el auto de Satil con la fuerza de un rayo.

El impacto sacudio el vehiculo. Salil, que estaba al lado del coche, se quedo petrificado.

Elia se quedd boquiabierta.

El frente del coche de Salil estaba destrozado, mientras que el vehiculo negro en si, un Rolls Royce, estaba intacto.

Al ver el Rolls Royce, Elia sinti6 una mezcla de emocion y nerviosismo.

La puerta del coche se abrié. Un par de zapatos brillantes pisaron el suelo, seguidos por un traje negro impecable. El aura fria y dominante del hombre llené el espacio, como si viniera directamente del infierno.

Al ver al hombre, el corazén de Elia empezo a latir descontroladamente y dijo casi involuntariamente: “Has venido...”

Asier se acercé y su mirada oscura y penetrante se posé en la mano de Saul que sujetaba a Elia. Con una mirada afilada, apart6 su mano y gir6. Con un “crack”, el sonido de un hueso rompiéndose resoné desde la mufieca de Saul.

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