¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 619

Capitulo 619

Ela estaba parada a un lado del camino, viendo a Rosalinda llorar y gritar, con una expresion de desamparo, alejandose cada vez mas.

Elia temblaba, con su respiracion entrecortada.

;Coémo pudo haber pasado eso?

Elia no tuvo tiempo para sentirse mal, tomé un taxi y se dirigi6 rapidamente a la villa. Al llegar al puesto de control a medio camino de la montafia, fue detenida.

“Nadie puede entrar, largate!” El guardia fue firme, no le dio oportunidad de discutir con ellos. Elia estaba tan ansiosa como una hormiga en una sartén caliente, yendo de un lado a otro en el mismo lugar.

Llamé a Asier, pero la llamada se mantuvo todo el tiempo en curso.

Obviamente. Asier la habla bloqueado!

Qué esta pasando ahora?g2

;Dénde estén los nifios, como esta Luisa?

Todas esas incognitas y preocupaciones estaban tensando el corazon de Elia.

Después de dar vueltas nerviosamente por un rato, Elia pensé en llamar a Bruno.

Bruno le contesto, en ese momento su corazon se apreto.

“Srta Sauri A través del teléfono, se escuchd la voz de Bruno.

Con nerviosismo, Elia le pregunté “Bruno, ;donde estd Asier?”

“Esta en el Hospital Popular de la Capital” respondié Bruno.

Elia se apresuro6 al hospital, corriendo por el largo pasillo de emergencia.

Al ver la alta y esbelta figura de Asier parado en la puerta de la sala de emergencia, su espalda era fria y dura, su enorme cuerpo emitia una fuerte sensacién de intimidacién y urgencia

Elia disminuy6 el paso, se acercé poco a poco a Asier, su cuerpo entero emanaba un frio intenso, una presion aplastante, un aire helado.

Una presion tan fuerte que casi le cortaba la respiracién a Elia.

Sus manos, sus piernas temblaban ligeramente, mirando la cara de Asier oscura y fria como un pozo de hielo.

“Uh, Luisa ella uh”

Antes de que pudiera terminar su frase, una mano le apreté la garganta, una sensacion asfixiante la invadio.

Su cuerpo fue empujado con fuerza contra la pared, haciendo que un grufiido sordo resonara en su pecho.

Asier estaba furioso, con sus ojos oscuros y profundos mirandola con violencia, como si quisiera despedazarla.

“No tienes derecho a mencionar a mi abuela! jElia, no deberias estar aqui, te matare!”

La fria voz de Asier sonaba como un demonio del infierno, su rostro apuesto estaba tenso y enfurecido.

Elia se estaba asfixiando, su respiracion era entrecortada, su rostro se puso morado por la falta de aire, sus manos agarraban la mano de Asier tratando de soltarse

Pero, su fuerza era insignificante frente a la de él.

Elia sentia un dolor intenso en la garganta, su respiracién cada vez mas dificultosa, su rostro se ponia rojo, sus piernas pateaban el suelo.

"Sr. Griera, la Srta. Sauri realmente se esta muriendo.” Bruno, al ver la situacién, le record con nerviosismo.

Los ojos de Asier, llenos de rabia, se fijaron en el rostro doloroso de Elia, su respiracion se volvié pesada, su corazén lati6 y solté su mano.

El cuerpo de Elia se deslizd por la pared hasta el suelo.

"Cof, cof. Un montén de aire entré en su nariz y garganta, y empezé a toser

Con su mano acariciando su dolorido cuello, sinti6 el miedo y el dolor de haber estado cerca de la muerte.

Asier apret6 los dientes, su rostro se tenso, sus ojos miraban con furia a Elia en el suelo.

Mirandu como ella parecia tan pequena y débil, que podia aplastarla en cualquier momento, viendo su dolor, apret6 los pufos, las venas de sus manos resaltaban.

En ese momento, la puerta de la sala de emergencia se abrié y sali6 el médico.

Bruno le pregunté ansiosamente: “Doctor, jcomo est Luisa?”

Los ojos frios de Asier también se dirigieron al médico.