Capitulo 398

Hace cinco afios, después de aquel suceso.

Sergio le habia contado a Asier sobre su experiencia amorosa, cémo habia traicionado a la mujer que amaba y como ella no lo habia perdonado.

Asier siempre lo alentaba, le decia que se esforzara, que, si esa mujer todavia lo amaba, algin dia se conmoverfa y lo perdonarfa.

Eso era porque nunca le habia dicho a Asier el nombre de la mujer que amaba

Asier tampoco sabia quién era la mujer que él amaba tanto, pensaba que, si no era Elia y era otra mujer, entonces él podria alentarlo.

Si hubiera sabido desde el principio que la mujer que amaba era Elia.

La misma mujer que hace cinco afios, entregd su cuerpo a Asier

;Asier todavia lo alentaria?

iSeguro que no1g2

;Coémo podria Asier darle a él una mujer con la que ya habia estado?

La pregunta de Sergio hizo que Elia se sintiera incémoda, impotente, dolorida e impotente

No queria que Sergio supiera lo que pasé hace cinco afos

Pero las cosas no salieron como esperaba, la verdad se revel una y otra vez.

No queria enfrentarlo, pero tenia que hacerlo

Y frente a Sergio, quien estaba frente a ella, revel6 su relacién con Asier.

Se sentia humillada e incomoda, pero no le quedaba de otra

El corazon de Elia se apret6, y sus manos sudaban mientras agarraba las sabanas.

Las comisuras de los labios de Asier se curvaron ligeramente, soltando una risa fria, su mirada fria se poso en Sergio: “Ella es mi mujer, desde aquel dia hace cinco afios, ya estaba destinada a ser mi mujer. No tienes ninguna oportunidad con ella, jentiendes?”

Sergio se sintié devastado, su espiritu estaba aplastado, estaba en una agonia insoportable. Parecia que toda su fuerza habia sido drenada.

Se desplomo, asintiendo débilmente “Lo entiendo...”

Sus ojos estaban rojos, su cuerpo estaba frio, sus pasos vacilantes, salié de la habitacién.

Elia podia oir el temblor en su voz al final.

Su corazén se rompio, su mirada se posé involuntariamente en Sergio, viéndolo alejarse.

De repente, su barbilla fue agarrada con fuerza, haciéndole dao.

El dolor la hizo fruncir el cefio, al segundo siguiente, su rostro fue girado por el hombre, levantado, obligandola a enfrentarlo. Te importan sus hendas, ;eh?”

Elia se puso nerviosa, rédpidamente dijo: “Asier..."

*Responde a su pregunta, ;te importan o no?” Los frios ojos de Asier se clavaron en los suyos, su profunda mirada, helada hasta la medula, capturando cada cambio en sus ojos.

La inmensa presion la rodeaba, con un frio penetrante, Elia se sintié asustada.

Sabia que si no daba una respuesta que le satisficiera, no le iria bien.

Un hombre sabio no lucha cuando su desventaja es evidente.

Elia soport¢ el dolor en su mandibula, y dijo. “No me importan, lo que le pase no tiene nada que ver conmigo.”

Sergio, que estaba escuchando desde el marco de la puerta, escuch¢ la respuesta.

Su corazén herido se desplomo, como un pétalo marchito, cayendo, doloroso, desilusionado, asfixiante.

La ultima esperanza en su corazén, cay abruptamente.

Fue entonces cuando se fue con la cabeza baja.

Asier, con su agudo oido, escucho el ruido de afuera, una sonrisa fria se formé en sus labios: “Recuérdalo!”

Solto su barbilla, se levanto, su alto e imponente cuerpo la envolvié como si fuera una montana. “Levantate, ven conmigo!”

Elia no tuvo mas remedio que seguirle

Habia sufrido una conmocién cerebral, sus heridas no eran graves, no necesitaba una transfusion, quedarse en el hospital solo era para observacion.

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