Capitulo 1785

"Vamos, tarde o temprano te va a pasar lo mismo con una mujer, dijo Orson empujandolo, harto de ser el blanco de sus burlas.

Se acercé a la mesa para calmar a los abuelos, afortunadamente no habian mencionado nada sobre los nifos.

De lo contrario, estaba seguro de que Jimena le hubiera dado una paliza alil mismo.

La cena transcurrid en un ambiente tenso para el abuelo y la abuela Salcedo

Después de conier, Vicente se encargd de llevar a casa a los abuelos, mientras que Orson, cabizbajo, regresé a su hogar.

Repasaba en su

en su mente las lecciones que el abuelo Salcedo le habia dado durante la cena.

Para ganarse el corazon de Jimena, necesitaba hacerse indispensable para sus hijos.

Los ojos de Orson se iluminaron, como si hubiera tenido una revelacion.

iPor algo dicen que la experiencia cuentalg2

Al dia siguiente por la tarde.

Jimena estaba adormilada en su oficina cuando su celular empezé a sonar de repente.

Entrecerrd los ojos y vio que era su madre quien llamaba. Se limpi6 la baba y contest6 rapidamente: si

“iJimena, los nifios han desaparecidol La voz ansiosa de Jacinta le lleg6 desde el otro lado del teléfono.

El cerebro de Jimena zumbé de pénico: “;Qué has dicho?”

Jacinta, temblando de miedo, le explicé: “Estaba con los nifios jugando en el tobogén del parque, y como los vi tan entretenidos, me distraje hablando con la sefiora del vecindario. Cuando volvi a la realidad, los nifios habian desaparecido! jLos he buscado por todo el lugar y no los encuentro!” Escuchando a su madre, Jimena sintié un mareo, como si la sangre se le congelara.

El mundo se levino abajo al enterarse de que sus hijos no estaban.

Pero ahora no podfa perder los estribos. Su madre le habia llamado para que tomara las riendas de la situacion; si ella también se desmoronaba, serfa un caos total.

Intentando controlar su ansiedad, Jimena le dijo a Jacinta: “Mama, tranquila, sigue buscando por la comunidad, pidele al guardia que revise las cdmaras de seguridad, yo ya estoy en camino.”

"Esta bien, voy a ver si el guardia puede revisar las cdmaras, dijo Jacinta apresuradamente antes de colgar y correr a la caseta de seguridad.

Jimena sali6 disparada de la empresa, apenas habla comdo unos pasos cuando el gerente del departamento de disefo la detuvo: “Jimena, todavia no es la hora de salida, gvas a irte antes?” Jimena levanté la cabeza, sus ojos se llenaron de lagrimas y con urgencia apart al gerente: "Quitate, me voy, aunque me despidan!”

Y salié corriendo como un torbellino.

Llegé a su comunidad lo més rapido que pudo y encontré a Jacinta todavia desesperada, llamando a Fred y a Adora.

Jimena se acercé rapidamente y tomo del brazo a su madre preguntando: “;Mamé, qué paso?” Jacinta se volvié y al ver a Jimena, rompi6 a llorar, con las manos temblando dijo con voz débil: “No los he encontrado atin, he revisado las cdmaras de seguridad y no sé a donde podrian haber ido...” Jimena se sinti¢ paralizada, su mente era un torbellino, nunca habia imaginado que sus hijos pudieran desaparecer

Con las manos temblorosas sacé su celular y murmuro: “Voy a llamar a la policia, ellos nos ayudaran a encontrarlos....

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