¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1784

Capitulo 1784

Orson se levanté apresuradamente, intentando bloquear la vista de sus abuelos: “Abuelitos, les sirvo un café...

Sus movimientos torpes no lograron detenerlos.

Jimena eres ti? Hace afos que no te veia, te has convertido en toda una mujer.” La abuela Salcedo se levanto, encantada de acercarse a Jimena,

Con una sonrisa llena de temura en su rostro, saludé célidamente a Jimena.

Al llegar a su lado, puso suavemente sus manos en los hombros de Jimena, la examiné de arriba abajo y dijo con una sonrisa: “Jimena, la tltima vez que te vi hace tres afios, atin eras una nifia, pero ahora, después de no verte en tanto tiempo, te has vuelto atin

mas atractiva

Jimena también reconocié que esos eran los abuelos de Orson, a quienes tuvo el placer de conocer en la casa de Orson hace tres anos. Fue la abuela Salcedo quien le tendi6 una trampa, lo que llevo a que Jimena y Orson tuvieran un encuentro intimo.

Ella record las palabras de Marisa, quien dijo que a los abuelos Salcedo solo les interesaba que una mujer le diera un nieto de Orson, sin importar quién fuera esa mujer.

Esa frase la habia herido profundamente.

Por eso, Jimena no tenia una buena impresion de los abuelos.g2

Dio un paso atrés para evitar el contacto con la abuela Salcedo, forzé una sonrisa y dijo: “Ah, abuela Salcedo, tanto tiempo sin verla. Veo que usted no ha cambiado en nada”

La sonrisa de la abuela se congelé por un momento, pero luego volvi6 a irradiar calidez y dijo: “Jaja, esta nifia, si que sabe hablar. Todavia no has comido, jverdad? Ven, siéntate, charlemos un rato.”

La abuela Salcedo invité a Jimena a sentarse, pero ella no se movié. La abuela miré hacia Orson y le hizo seas desesperadas para que él la invitara a sentarse.

Este chico tonto, que afirmaba querer mejorar su relacién con ella, no sabia cémo aprovechar esta oportunidad.

Orson, con una sonrisa encantadora en su rostro, como si nada hubiera pasado, le dijo a Jimena: “Jimena, esto ha sido una gran casualidad, la gente que esta destinados a estar juntos siempre se encuentran. No desperdiciemos el destino, ven y siéntate con

nosotros a comer.”

Jimena le lanzé una mirada de desdén y con poca cortesia contesté: “No tengo tiempol”

Después de esto, se dirigio a la caja registradora, pagé con destreza y le dijo a la duefia: “No se olvide de enviar la cerveza a mi casa.”

“Por supuesto, como siempre, no lo olvidare, respondio la duefia con entusiasmo.

La abuela Salcedo no pudo seguir insistiendo y tuvo que ver cémo Jimena se alejaba con paso decidido.

Esa chica tenia una personalidad dominante.

La abuela Salcedo volvié a la mesa con un suspiro y le dijo a abuelo Salcedo: “Este chico se ha topado con su igual. Esa joven, ni siquiera es considerada con esta anciana.”

*Basta, no hables mas. La familia Salcedo ya le ha hecho suficiente dafio, es mucho que ella todavia te salude, dijo el abuelo Salcedo.

La abuela Salcedo mir al abuelo Salcedo y no dijo mas.

Orson observe la silueta de Jimena alejandose y con un sentimiento de melancolfa, bajo la cabeza Vicente se acercé a él, le dio una palmada en el hombro y bromed: “Es el destino, quien a hierro mata, a hierro muere. Quién lo dirfa, el Orson que siempre se mantuvo indemne entre tantas, al final cae por una mujer.”

Orson se giro, lanzandole una mirada cortante: “Td, que no crees en el amor, jqué puede saber?” Vicente respondi6 con una sonrisa: “Ya sabes lo que es el amor, cuando no amabas a nadie, vivias despreocupado y feliz, pero ahora que tienes pareja, pareces un chico con mala suerte.”