¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1728

Capitulo 1728

En su camino a Villa Serenidad, Elia ensayaba mentalmente las palabras que usarfa para disculparse con Asier y aclarar los malentendidos.

Habfa sido ella quien lo haba malinterpretado, acusandolo de ser el responsable de la

muerte de su madre

Todo habia sido una trampa de Ramiro y Asier no tenia nada que ver; ella no tendria que haber sido tan fria con él.

Parecfa que asf podria funcionar.

Después de decidir qué decir, Elia llegé a la entrada de Villa Serenidad.

Bajo del carro y le dijo al guardia de seguridad: “Soy Elia, quiero ver a Asier.”

“Por favor, pasa, Elia,” respondié el guardia con respeto.

A Elia le sorprendié poder entrar y salir libremente de Villa Serenidad.

La gran puerta estaba abierta y la luz del salén se proyectaba hacia el exterior, iluminando la noche y déndole un aspecto luminoso y espacioso.g2

Elia subio los escalones de piedra y, al entrar, buscé a Asier con la mirada

Lo vio sentado al borde del sofa y, justo cuando estaba a punto de hablar, Cecilia apareci6 con un camisén de seda, su cabello hiimedo y ondulante, caminando hacia Asier con una cintura gracil. Se acurruco naturalmente junto a él, apoyando su mano en su hombro. Miraba a Asier con sus ojos encantadores y una sonrisa seductora se dibujaba en sus labios.

Le susurrd a Asier con una voz suave: “Ya es tarde, Asier, deberiamos irnos a dormir.”

Los gestos de Cecilia eran claramente los de una mujer tentando a un hombre.

Cada gesto era una invitacion a la cama, lleno de encanto y pasion.

Al presenciar esto, el corazon de Elia se apret6 violentamente, su paso se detuvo y su corazon lata acelerado, incrédula de la escena ante sus ojos.

; Cecilia estaba en Villa Serenidad y ahora invitaba a Asier a dormir? ;Acaso ya se habia mudado alli?

Asier miré por encima del hombro y una ola de ternura cruzé su rostro helado; su mano grande descanso sobre la delicada mano de Cecilia y con una voz baja y magnética, dijo: “Esta bien, llévame al ascensor, subamos a descansar.”

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Capitulo 1728

La respuesta de Asier golpe6 a Elia como una daga en su corazon, un dolor agudo la atravesé y, en ese instante, incluso respirar le dolia como si fuera cortada por una cuchilla.

Sin el valor de dar otro paso dentro de Villa Serenidad, se dio la vuelta y se fue.

Al salir por la puerta principal, las lagrimas que habia estado conteniendo brotaron como una inundacién, calientes y arrolladoras. El frio viento nocturno soplaba en su rostro, helado como agujas, tan frio y doloroso como su corazon.

Sabia que habia malinterpretado a Asier en el pasado, creyendo que el

habia sido causante indirecto de la muerte de su madre. Habfa venido para explicarse y disculparse, esperando su perdén.

Sin embargo, lo que encontré fue a Asier y Cecilia en un momento de amor.

En el instante en que escuchd la respuesta de Asier a Cecilia, Elia comprendi6 de repente que todo lo que habia pasado ya no importaba; si ella habia malinterpretado o no a Asier, para él ya no tenia significado.

Incluso si ella explicara lo sucedido, de nada servia. Asier y Cecilia eran una pareja, estaban a punto de casarse, vivian juntos y, sin duda, ya habfan compartido intimamente muchas veces.

Asier nunca habia sido de los que se abstienen; Elia sabfa muy bien cuanto vigor tenia y cuan fuerte era su deseo de posesion.

No podfa ignorar lo que significaba que Asier tomara de la mano a Cecilia y le propusiera subir a descansar juntos.

Porque lo entendia demasiado bien, el corazon de Elia se sentia como si hubiera sido golpeado por una enorme piedra, con un dolor intenso.

Habfa tratado de convencerse de no preocuparse por la relacién de Asier con Cecilia, pero al verlos tan cercanos, todavia se sentia asfixiada por el dolor.

"Srta. Elia, vas a regresar? ;Quieres que te envie un conductor?” El guardaespaldas en la puerta, al ver a Elia salir apresuradamente, expresé su preocupacion con un tono de

confusion.

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