¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1626

Capitulo 1626

Bruno acababa de arrancar el auto cuando escuchd las palabras de Cecilia. Frend de golpe, sacé la cabeza por la ventana y le dijo a Cecilia: “Sube!”

Cecilia salié de su auto y se monto en el de Bruno, en el asiento del copiloto.

ser

“Mi auto estaba bien hasta que preguntaste si se habia averiado, y justo entonces falla, ;como es que aciertas tanto?” Cecilia se quejé un poco.

Bruno sonri6 avergonzado: “Solo fue una coincidencia.”

“Es demasiada coincidencia, trabajas cerca de mi Asier, seguro que no son pocas estas coincidencias. No es de extrafiar que Asier confie tanto en ti.” Cecilia le dijo a Bruno con una sonrisa en los labios.

Bruno sostenia firmemente el volante, miré a Cecilia de reojo, y después de una pausa, pregunté: "Te gusta mucho el Sr. Griera?”

“Por supuesto, me gusta desde que era adolescente, solo que en ese entonces él solo tenia ojos para mi hermana, ni siquiera me vefa.” Cecilia afirmé con seguridad.

Al mencionar a Asier, sus ojos brillaban de manera diferente, llenos de una luz de

anhelo.

Bruno asinti¢ levemente, queria aconsejarle que lo dejara, porque su amor por Asier estaba destinado a ser un viaje lleno de desilusiones, y si se daba por vencida antes, sufriria menos.g2 Pero no sabia como iniciar esa conversacion.

"Si tienes algo que decir, dilo, no te guardes nada.” Cecilia not6 que Bruno estabal vacilante y le hablé directamente.

"Si te lo digo, promete no enojarte.” sugirié Bruno.

Cecilia se quedd pensativa por un momento, pensé que si lo que él iba a decir la enojaria, seria mejor no escucharlo. Ya estaba de mal humor, ;por qué querria escuchar algo molesto y enojarse mas?

Estaba a punto de decirle que no lo dijera, pero la curiosidad era demasiado fuerte. Queria saber qué podria enojarla tanto.

“Dime, prometo no enojarme.” Cecilia finalmente cedi6 a su curiosidad.

"El Sr. Griera y Elia ya tienen cuatro hijos, su amor es mutuo y fuerte, es dificil para un extrafio entrar en esa relacion, creo que serfa mejor que buscaras otro objetivo.” Bruno

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le aconsejé sinceramente.

Lo decfa porque vefa lo dificil que era para Cecilia perseguir a Asier sin conseguir nada, y sentfa algo de empatia por ella.

Le habl6 con honestidad.

La expresion de Cecilia se endurecié de inmediato, bajé la voz con enojo y dijo: “Bruno, solo te elogié por cortesfa, no tienes derecho a olvidar tu lugar y decirme esas cosas. Si debo renunciar a Asier o no, jno es asunto tuyo!”

Cecilia, respirando agitadamente, se recosto en el asiento y miré al frente con un aspecto sombrio. Aunque habia prometido no enojarse, no pudo evitarlo después de escuchar las palabras de Bruno. Si hubiera sido otra persona, probablemente habria reaccionado de inmediato, pero era Bruno y ella ya habia prometido no enfadarse, estaba reprimiendo su temperamento lo mejor que podia. Bruno sintio la ira y la frustracion de Cecilia, apret6 el volante con ambas manos y no dijo nada mas.

El entendia la obsesion de Cecilia y su obstinado afecto por Asier. Después de tantos afios junto a Asier, habia visto a cada mujer que se habia obsesionado con él terminar de una manera tragica. Habfan gastado su juventud y al final, su destino no han sido

bueno.

La exsecretaria Maribel Magro era el mejor ejemplo.

Todavia estaba en la carcel y no habia salido.

También estaba Betiana Abreu, que se habia comprometido con Asier gracias a su familia. Afortunadamente, se dio cuenta a tiempo y no gasté mucho tiempo, ni llegé a un punto de no retorno.

Bruno temfa que Cecilia siguiera los pasos de Maribel, y por eso intenté aconsejarla.

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