¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1604

Capitulo 1604

Ni siquiera se atrevia a respirar un poco mas fuerte.

Temia que si su respiracion era inestable y su corazon latia més rapido, él malinterpretarfa algo. Ella también estaba molesta, sabiendo perfectamente que ahora estaba en un apasionado romance con Cecilia y que la mujer con la que se casarfa serfa Cecilia.

Ademas, para hacer feliz a Cecilia, no dudé en pedirle a Liuva que la matara, que la eliminara para arrancar la espina del corazon de Cecilia.

A que sabfa que ella y Asier no tenfan futuro, que debfa tratarlo como a un

nesar extrafio conocido.

Sin embargo, cada vez que él se acercaba, su cuerpo reaccionaba sin control, su Sin corazon latfa mas rapido.

No le gustaba esa parte de si misma, pero no podia controlarla.

Asier levanto la pierna de Elia y la colocé sobre su propia pierna, se incliné para examinar la herida en su pierna.

Solo estaba morada, no habia lesiones externas.g2

Se enderez6, sus 0jos penetrantes se encontraron con los ojos claros de Elia y preguntd: “;Hay hielo en casa?”

"En el congelador abajo”, respondio6 Elia.

Era la primera vez que sostenian la mirada por més de tres segundos. Al verlo tranquilo, se dio cuenta de que su pierna aun estaba sobre él, el calor de su muslo se transferia a través de su pantorrilla hasta su corazén, tiflendo su rostro de rojo.

Elia

su pierna y dijo: “Yo iré a buscarlo”. to retiré

“Ta quédate, yo voy”, la detuvo Asier, y se dirigi¢ en su silla de ruedas hacia el refrigerador.

Poco después, regresé con un gran trozo de hielo, tomé una toalla del sofé para envolverlo y volvié a levantar la pantorrilla de Elia, colocandola sobre su pierna.

Elia se dio cuenta de lo que iba a hacer y se apresur¢ a decir: “Déjame hacerlo”.

“No te muevas®, Asier sujeté firmemente su pierna.

Elia no se atrevié a moverse y obedientemente dejé su pierna sobre la suya. El sostenfa

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su tobillo con una mano y con la otra alcanzaba el hielo envuelto

Sus dedos rozaron sin querer el lado de su pantorrilla, la &spera yema de sus dedos sobre su piel suave cred una sensacion de hormigueo. Elia se tensé y su corazon temblo.

Por suerte, solo ella sentfa ese cosquilleo y no habia una reaccién fisica demasiado evidente, de lo contrario seria muy vergonzoso.

Estaba harta de si misma, por mas que mentalmente se repitiera que debfa tratar a Asier como a un completo extrafio, su cuerpo era terriblemente sensible a él.

Asier fijo su pierna y colocé el hielo sobre la zona amoratada de su piel.

Una vez que el hielo estuvo en su lugar, Asier levanté la mirada hacia Elia y dijo: “Si ests tan lastimada, por qué dices que estas bien?”

Elia parpaded, evitando su mirada y dijo: “No quiero que sientas que me debes algo”

"iRealmente crees que entre nosotros dos puede existir una relacion sin deudas?” pregunté Asier con profundidad, su voz magnética y brumosa hacfa que el corazon latiera inestable,

Elia sabia cuadn penetrante podia ser su mirada, no se atrevia a mirarlo a los ojos, bajando las pestaias y mirando hacia el suelo con la vista perdida.

"¢Acaso no lo hemos logrado ya?” dijo Elia.

;De verdad lo han logrado?

Ella no queria seguir a su lado, intencionalmente dejé ir todos los rencores para no tener mas vinculos con él.

Un dolor latente surgi6 en el corazén de Asier.

Con la respiracion mas pesada, dijo: “Al principio no consideré todo, y precipitadamente hice que tu madre fuera a la comisaria para testificar y condenar a Gabriel, lo que llevé a Gabriel a guardarle rencor y sacar a la luz esos escandalos".

Por esos escandalos y la presion de la opinion publica, Rosalinda terminé por tomar un camino sin retorno.