¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1590

Capitulo 1590

Orson atrapd con precision la lechuga que Jimena le lanzé,

mostrando su sonrisa intacta: “No he dicho nada, eres tu la que esta imaginando cosas.”

“Ves, siempre echando la culpa a otros por lo que haces o dices. Menos mal que me di cuenta a tiempo y corté por lo sano”, dijo Jimena de manera airada, revoleando los ojos hacia Orson.

Lo que se dice sin pensar, se escucha con sentimiento.

Al oir esas palabras de Jimena, la expresion de Orson cambié por un instante, sintiendo un apretén en el corazon. Sus 0jos expresivos se volvieron hacia Jimena.

Habfa tristeza y una sombra de melancolfa en su mirada.

;Que Jimena no estuviera con él era por su culpa?

;Lo que ella querfa decir con eso era que su atraccion por él comenzé por su apariencia y termind por su personalidad?

“¢Por qué me miras asi? jEs la verdad! Pregunta a cualquiera de tus exnovias, todas pensarian lo mismo”, dijo Jimena mientras segufa comiendo, sin dejar de meterse con él.

Después de todo, Orson tenia la cara dura, nada de lo que Jimena dijera le harfa enojar realmente.g2

Burlarse de él era el pasatiempo favorito de Jimena.

Orson esboz6 una sonrisa sin decir palabra alguna, y siguié

sirviéndose comida en su plato.

Al menos ahora sabia por qué Jimena se habia alejado. Con conocer la razén, podria intentar cambiar en la direccién que a ella le

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gustaba. Eso era mucho mejor que no saber nada en absoluto, pensé Orson en su interior. Mientras tanto, Morfis conducia a toda velocidad, con Cecilia y Elia en el asiento trasero, apresurandose hacia el hospital de la Capital.

Cecilia se sentaba a una cierta distancia de Elia, molesta por la diferente actitud que Asier tenia hacia Elia en comparacion con ella.

“iPor qué llevas a Elia si ella tiene que trabajar? ;Para qué la traes?”, se quejé Cecilia.

"Sabes que ella es tu hermana y la persona que mas preocupa a papa es ella. Si él se va, lo menos seria que Elia esté alli para darle el dltimo adi6s”, respondié Morfis sin dejar de manejar y sujetando firmemente el volante.

"iToca madera! No digas esas cosas, papa seguro que no va a morir”, se alarmo Cecilia, apresurandose a escupir las palabras de mal augurio que Morfis acababa de decir.

Elia permanecié en silencio, frunciendo el cefio con preocupacion y apretando inconscientemente las manos que descansaban sobre sus piernas.

Aunque su relacion con su padre Maximiliano era distante, fue él quien le ayudé a encontrarse con Benjamin, lo que le dio la oportunidad de cuidar de Asier.

En el fondo, Elia estaba agradecida con Maximiliano.

En estos Ultimos tres afios, Maximiliano habia encontrado todo tipo de excusas para visitarla, siempre mostrandose amable y carifioso.

No tenfa un vinculo emocional profundo con Maximiliano, pero

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tampoco lo rechazaba.

La posibilidad de que su padre pudiera morir la preocupaba mas de lo que esperaba.

Cuando el carro se detuvo en el estacionamiento del hospital, los tres se apresuraron hacia la sala de emergencias donde Belén los esperaba ansiosamente.

Junto a ella se encontraba otra persona, vestida con un traje negro hecho a mano, exudando una presencia seria y formidable, sentado en una silla de ruedas con una dignidad y solemnidad abrumadoras.

Estaba de perfil hacia la sala de emergencias, su rostro lateral era afilado y hermoso, una belleza sin igual.

iEra Asier!

Al verlo, el aliento de Elia se congeld por un segundo y su corazon, ya preocupado, comenzo a latir con fuerza.