¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1352

Capitulo 1352

Después de un mes, Elia se habfa recuperado bastante.

Ese dia, ella estaba sembrando verduras en el huerto con Josefina.

Un Volkswagen rojo entré en el patio de la casa de Elia.

Era la primera vez en un mes que un coche entraba al patio de su

casa.

Elia estaba tan concentrada plantando semillas que no vio llegar el carro.

Josefina, de pie con una mejor vista, vio un Volkswagen rojo entrando al patio y empujoé el brazo de Elia, diciendo: “Elia, nos estan visitando. ;No sera que va a pasar algo malo, verdad?”

Al escuchar a Josefina hablar de problemas, Elia se alarmo, levanto la vista rapidamente y miré hacia el patio, viendo el Volkswagen rojo detenerse.

Ese carro, Elia lo conocia bien.

Su rostro se transformo, y dejo rapidamente las herramientas de jardineria, corriendo emocionada hacia el coche.g2

La reaccion intensa de Elia asusto a Josefina, quien con miedo le grité: “Elia, no te hagas la valiente...”

Un mes antes, ese tal Liuva Gallardo habia venido a provocar a Elia, y luego Asier también aparecio. Josefina todavia estaba asustada por el intenso enfrentamiento.

Elia corria con rapidez hacia el coche, y en ese momento, la puerta del Volkswagen se abrié y Jimena Santos salio, se quité las gafas de sol y enseguida vio a Elia corriendo hacia ella.

Jimena sonrio, abrié sus brazos y también corri6 hacia Elia.

Las dos se encontraron a medio camino y se abrazaron con fuerza.

"iElia, te extrafé tanto!”

“Jimena, llegaste, cuanto tiempo sin verte!”

Ambas se abrazaban con la alegria de este reencuentro.

Al principio, Josefina temfa que alguien viniera a causar problemas a Elia, pero al verla abrazarse con aquella mujer, y al darse cuenta de que era Jimena, suspiré aliviada.

Josefina también sali6 del huerto y con una sonrisa les dijo a Jimena y Elia: “Vamos a la casa, voy a preparar algo de comer, no dejemos a la visita de pie

Recobrando la compostura, Elia solté a Jimena y tomando su mano, la guio hacia la casa. “Las verduras que cultivamos son dulces, mucho mas ricas que las de la gran ciudad. Pronto vers.” Con Jimena, Elia siempre podia comportarse de forma natural.

"Si, me encantan las verduras que ustedes cultivan. Las de la ciudad o tienen pesticidas o tienen aditivos, ;como van a compararse con las naturales que ustedes tienen?”

Jimena agarré la mano de Elia, sonriendo con vivacidad y alegria.

Una vez en casa, Elia invit6 a Jimena a sentarse en el sofa y le sirvié un café.

Jimena no se hizo de rogar, ya habia visitado la casa de Elia con Rosalinda y los nifios una vez antes y sabia que vivian en una gran mansion que Asier habia construido para ello

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Pero al mirar alrededor, se dio cuenta de que la casa estaba extrafiamente tranquila y le pregunt6 con preocupacion: “Elia, ;dénde estan los cuatro nifios?”

;Acaso Asier los habia llevado para vivir con é1?

Elia le respondid: “Estan en el jardin de infantes del pueblo.”

“;Qué? ;En un jardin de infantes del pueblo? Pero si tus cuatro son unos genios, ;qué pueden aprender alli?” le pregunté Jimena sorprendida.

Esos problemas de sumar y restar hasta cien, aprender a reconocer las letras, para los nifios de Elia probablemente eran demasiado basicos.

Seguramente se aburrirfan en clase cada dia.

"Es que alli pueden socializar con otros nifios y maestros”, le dijo Elia

Aunque en el jardin de infantes del pueblo solo ensefiaban lo bésico y no era tan avanzado como Guarderia Las Estrellas de la Capital, tenia sus ventajas.

“Claro, eso es verdad,” asinti6 Jimena. “Lo importante es que estés con tus hijos.”

Jimena termind de hablar y su rostro se sumi6 en una profunda melancolia, su voz se tefifa de remordimiento: “Elia, lo siento mucho, cuando Rosalinda fallecié, estaba tan atrapada en mis propios. problemas que ni siquiera me enteré de lo que habfa pasado. No pude estar ahi para despedirme de ella en su funeral”.