¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1299

Capitulo 1299

Benjamin le ech una mirada reservada a Vicente y le dijo: “Sefior Fuentes, ;no esta ocupado con la empresa? ;COmo es que tiene tiempo para venir aqui?”

Vicente acababa de experimentar el poder de una maestra en manipulacion.

Sentia como si lo hubieran acusado injustamente y no tuviera cémo defenderse. En ese momento, Vicente comprendié todo el sufrimiento de Elia; era este sentimiento de frustracién e impotencia. Vicente respondi6 a Benjamin: “Liuva es la modelo de nuestra empresa asociada, va a hacer una publicidad para nuestros celulares, venir a verla es parte de mi trabajo.”

“Entonces sigue mirando.” Benjamin retiré la mirada y le dijo a Asier: “Vdmonos, Asier.”

Aparte del momento en que entré en la habitacién y su mirada se posé en las manos unidas de Elia y Vicente, Benjamin no volvié a mirar a Elia ni una vez mas.

El sali6 del cuarto primero.

Asier, con sus 0jos oscuros, observé a Elia. Desde que habia llegado, Elia no le habia dirigido la palabra ni habia intentado defenderse.

Ella incluso evitaba su mirada.g2

El ambiente alrededor de Asier era tan gélido que parecfa llenar la habitacion de frio.

Si ella hubiera ofrecido aunque fuera una pequena explicacion, él se habria sentido un poco mejor. Pero no lo hizo. Liuva la habia acusado, diciendo que Elia, por envidia, habia arruinado sus planes y le guardaba rencor, y ella no se habia defendido.

Asier estaba decepcionado, no porque creyera las palabras de Liuva, sino por la actitud de Elia de no intentar defenderse ni una solo vez.

Ella seguia buscando maneras de alejarse de él, de cortar todo lazo con él.

“iNo te vas?” Asier fue el primero en romper el silencio entre él y Elia.

Su voz grave y magnética broté de su garganta.

Bajo su mirada intimidante, ella se volvi6 hacia él.

Al encontrarse con sus ojos profundos como el mar, la determinacion de Elia de ignorarlo se desmorond

en un instante.

A pesar del rencor que sentia hacia él, con unas pocas palabras de él, podia derribar el muro que habia

levantado con tanto esfuerzo.

"Ya me iba, ;quién dijo que no?” Elia finalmente respondio.

Su intento de ignorarlo apenas duré unos minutos.

Al oir que hablaban, Benjamin se detuvo y se gir, mirando a Asier con seriedad: “;Qué pasa? Ahora quel tu abuela no est4, ni siquiera quieres volver a casa?”

Asier mir6 de reojo a Benjamin y dijo: “Voy contigo a casa.”

Con esas palabras, dio unos pasos largos hacia donde estaba Benjamin.

Y Elia, parada en la puerta de la habitacion, observé como Asier se alejaba junto a Benjamin. Capitulo 1299

A medida que su figura se hacia mas distante, el corazon de Elia se sumergfa en una marea de dolor amargo y acido.

Desde que

Asier descubri6 que ella era la misma mujer de hace cinco afos y la llevé a su casa, Benjamin habia mostrado su desaprobacion hacia ella, menospreciando su origen. Asier siempre habia. optado por ponerse del lado de Benjamin.

Su actitud ya habia demostrado su eleccion.

“Je, atin lo miras con ojos de enamorada, ;no escuchaste lo que dijo Benjamin? Que Asier se casara con otra. Sofiar con casarte con Asier, es no conocer tus limites”, la voz sarcastica y fria de Liuva resoné.

Poco antes, Benjamin habia rechazado su propuesta de quedarse al lado de Asier, incluso habia mencionado que la futura esposa de Asier se molestarfa.

Eso claramente era una sefial para ella, que Asier ya tenia a otra mujer en su vida, y que, ademas, esa mujer serfa quien se casaria con Asier en el futuro.