¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1267

Capitulo 1267

Ramiro volvié en si'y, al ver la expresion preocupada y culpable de Rosalinda, su rostro se ilumind de nuevo con una sonrisa. Dijo: “Sefiora, ;qué esta diciendo? No tiene que disculparse conmigo. Este tipo de situaciones son comunes para mi, no me afectan.”

“Me alegro, me alegro, respondié Rosalinda.

Apenas terminé de hablar, la puerta de la habitacion fue abierta de una patada, y una presencia imponente invadio la estancia, tensando los nervios de todos los presentes.

Rosalinda se gird y vio a Asier entrar cargando a Elia. El rostro apuesto de Asier estaba tenso, lleno de frialdad.

El corazén de Rosalinda se hundié instintivamente, y dijo con un tono de pénico y preocupacion: “Elia...”

Ramiro, al ver la forma en que Asier sostenfa a Elia, también oscurecié su mirada y apret¢ los pufios.

Elia, sintiendo las miradas sorprendidas de su madre y Ramiro, amplificé su incomodidad y torpeza, intentando zafarse una vez més. Asier lanz6 una mirada filosa hacia ella.

La intimidacién de Asier hizo que Elia se quedara quieta, sintiéndose incémoda y helada como si la hubieran empapado con agua fria,

Ser observada en la planta baja era una cosa; después de todo, eran extrafios que olvidarian quién era ella en cuanto se marchara. Pero esto era diferente, estaba en la habitacién delante de su madre y de Ramiro, y Asier la abrazaba de una manera tan intima y ambigua.g2

Sentia como si su dignidad fuera arrojado al suelo y aplastado por él con sus zapatos de cuero.

La mirada penetrante de Asier se deslizé sobre Rosalinda y Ramiro, y con una voz fria y baja dijo: “Si ya saben lo que vamos a hacer, jlarguense!”

Sus palabras tan directas y dominantes dejaron a Elia conteniendo la respiracion, incrédula y alarma ;Qué estaba diciendo?

;Estaba sugiriendo que queria hacer algo intimo con ella y ademas se lo deca directamente a su ma y a Ramiro? No habfa dejado ni un resquicio de dignidad para ella.

La presencia dominante de Asier intimid6 a Rosalinda, dejandola pélida y avergonzada, pero atin asf sonri6 y dijo: “Esta bien, esta bien, me iré ahora.”

Rosalinda, con la cabeza gacha, sali6 de la habitacion.

Ramiro, afectado por las palabras de Asier, respiraba profundo y con dificultad. Bajo la mirada. desafiante y beligerante de Asier, finalmente se levanté lentamente, apoyandose en su bastén, y sali¢ de la habitacion.

Después que Ramiro sali6, Rosalinda, aun intimidada por Asier, cerré la puerta detrés de ella.

Con el rostro pélido, le dijo a Ramiro: “Sefior Ramiro, vdmonos.”

{Qué més podian hacer, quedarse escuchando lo que pasaria dentro?

Una vez que termind de hablar, Rosalinda camino hacia adelante con la cabeza gacha.

Ramiro eché un ultimo vistazo profundo y melancélico a la puerta cerrada, se desvié de la vista triste y continué caminando apoyado en su baston.

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Capitulo 126/

Dentro de la habitacion, con Rosalinda y Ramiro ya fuera, Elia, con la cara roja y las orejas calientes, se sinti6 humillada por Asier hasta el extremo. Dijo con enojo: “jAhora puedes bajarme!”

La habitacion tenia dos camas y una de ellas habia sido usada por Ramiro. Asier, sin poder ocultar su desprecio, colocé a Elia en el suelo.

Se acerc6 a la mesita de noche y levanto el teléfono para llamar a la recepcion: “Traigan a alguien para cambiar las sdbanas.”

Su tono era definitivamente imperativo.

Como siempre, con una actitud de superioridad incontestable.

Elia frunci¢ el cefio y dijo: “Esta habitacién se ha abierto por menos de dos horas. El cambio de sabanas se realiza después de doce horas, es la politica del hotel. Las sdbanas estan limpias, spor qué cambiarlas?”

En cuanto terminé de hablar, la mirada helada de Asier se posé sobre ella, dejandola paralizada. Los ojos profundos de Asier, oscuros e insondables, la miraban furiosos. Lo que habia escuchado, y lo que més le importaba, era la ultima frase.

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