¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1234

Capitulo 1234

Orson estaba pesado como un saco de maiz, y Priscila, tan flaca que parecia que no podia con su alma,

mucho menos con él.

Al intentar levantarlo, se alejaron un poco de Jimena, pero Priscila no pudo més y solté a Orson, quier cayé pesadamente sobre ella.

Jimena emitié un gemido de dolor, frunciendo el cefio

Orson también parecié volver en si un poco, rodé su cuerpo y se tendié en la cama

Priscila se quedé con el corazén en un pufio, tapandose la boca con la mano, temiendo que Orson o Jimena despertaran.

Tras unos segundos de silencio, Jimena seguia tendida inmovil en la cama, sin sefiales de despertar Orson, incomodo, respiraba profundo con los ojos cerrados y el cefio fruncido, llevando su mano a la frente como si quisiera bloquear la luz intensa de la habitacion.

ue ambos seguian perdidos en su borrachera, Priscila finalmente se relajo.

acercarse a Orson y, con un esfuerzo titanico logré acomodarlo en la otra cama.g2

abfa pensado que Orson querfa llevar a Jimena a un hotel para estar a solas, pero no imaginé que, do tan borracho, hubiera reservado una habitacion doble.

bia dos camas en la habitacion.

Es decir, Orson no tenia intenciones inapropiadas hacia Jimena.

Pero esa circunstancia le ofrecia a Priscila una oportunidad.

Después de haberlo acomodado en la otra cama, Priscila estaba jadeante, mirando a Orson, que yacfa inconsciente frente a ella.

Se tenso, decidida; esa noche se entregarfa a Orson. Era el momento perfecto.

Si lograba estar con Orson, y considerando que sus familias deseaban unirlos en matrimonio, ella podria asegurarse de casarse con él.

Esa era la razon por la cual habia seguido a Orson y lo habia ayudado a entrar en la habitacion.

Su madre tenfa razén, no podia ser la seforita fina de siempre, tenia que dejar de lado su orgullo y su temperamento de nifia rica; nadie iba a tolerarla como lo hacia su familia.

Para conseguir lo que queria, tenia que ser astuta.

Y ese dfa, el destino estaba de su lado, permitiéndole encontrar a Orson completamente borracho. Priscila contempld el rostro atractivo de Orson, pensando en su plan.

Resuelta, se acercé rapidamente y cerré la puerta de la habitacién, ignorando a la Jimena que yacia en la otra cama, ya que ella seguia profundamente dormida, incluso después de que Orson, con todo su peso, habia caido sobre ella.

Nada iba a despertarla en un buen rato.

Lo que ella hiciera con Orson en la otra cama, Jimena no podria interrumpirlo.

Priscila regres¢ al lado de Orson y, sin vacilar, se arrodill6 en la cama y comenz6 a desabrochar los 1/2

botones de su camisa

Cuando iba por el dltimo botén, Orson de repente levanté la mano y agarro la mufieca de Priscila. El calor de su palma era intenso, quemante, y Priscila sintié un escalofrio en el corazén, su pulso latia con fuerza.

Respirando con dificultad, intenté ver a Orson a la luz de la luna.

Con la penumbra, no podia distinguir si realmente habia despertado o no.

Con

su mano aun atrapada en la de él, Priscila se quedé inmévil, temiendo que Orson la mandara a volar si despertaba.

“Jimena, no molestes”, murmuré Orson con voz embolada por el alcohol, soltando su mano y dandose la vuelta para seguir durmiendo.

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