¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1091

Capitulo 1091

Asier era demasiado poderoso, ella simplemente no podia enfrentarse a su fuerza y su dominio. Enfrentarlo solo le traerfa dolor y heridas por doquier; su tinica opcién era humillarse y rogarle que perdonara a su madre.

Habia luchado con todas sus fuerzas para proteger ese secreto, pero él lo descubri6 sin esfuerzo, como si ella hubiera tejido un capullo alrededor de si misma y de su madre para protegerlas.

Pero la céscara del capullo fue destrozada por él sin dificultad, dejandola expuesta y desnuda ante el aire, confundida, indefensa y desesperada.

Asier la miraba fijamente con desdén, con su rostro severo y frio, como si quisiera ver hasta el fondo de su alma a través de sus claros ojos.

Elia sentia panico en su interior, temblaba con cada respiracion, y justo cuando cerr¢ los ojos en desilusion, la voz baja y magnética de Asier resoné.

Su voz ronca como las olas decfa: “Tu madre y Gabriel siempre han tenido esa relacion, jpor qué te 14:23

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esfuerzas tanto en ocultarlo?”

Al oir sus palabras, el cerebro nublado de Elia se electrificé, despertando de golpe y sus ojos se abrieron de repente.

Su corazén se hundi6.

Un frio intenso brot6 desde lo mas profundo de su ser dejando sus extremidades heladas.

Asier realmente lo veia de esa forma, crefa que su madre y Gabriel siempre habian tenido esa relacion, que cualquier cosa que sucediera no era sorprendente y era merecida.

En el fondo, el despreciaba a la madre de Elia.

Ella tomé su rostro entre sus manos, apartandolo para que dejara de besarla, y lo miré con claridad y tristeza en sus ojos.

“Mi embarazo es delicado, no debo someterme a tanto estrés. Mejor vete, los pequefios te estan esperando.”

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