¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1040

Capitulo 1040

Ramiro agarré su computadora portétil y arrastré una silla para que Abel pudiera sentarse. Inmediatamente abri la laptop y se puso a trabajar para hackear el sistema de vigilancia.

Temian que Asier ya hubiera reunido a su gente y estuviera revisando las cdmaras de seguridad. Si se demoraban aunque fuera un segundo, quedarian expuestos.

Borrar las grabaciones de vigilancia era una cuestién de vida o muerte.

Era una carrera contra el tiempo.

Abel encendi6 la computadora y sus dedos comenzaron a moverse agilmente sobre el teclado. Su rostro infantil se torné serio y concentrado, como si todo lo que ocurriera a su alrededor no tuviera la menor importancia.

Elia, los otros pequefios traviesos, Rosalinda, y Ramiro se agruparon alrededor de Abel, observando cémo sus manos se movian tan rapido que casi parecian duplicarse.

Todos contuvieron el aliento, temerosos de interrumpir al pequefio genio.

Por otro lado, los diez programadores élite de Asier también trabajaban incansablemente.

Habian logrado descifrar los codigos del radar y estaban a punto de revisar las camaras de la Capital cuando las pantallas de sus computadoras se apagaron.g2

No fue una, sino las diez pantallas las que se oscurecieron.

Los programadores quedaron aténitos.

"Sefior Griera, las grabaciones han sido borradas, no hay nada®, informé uno de los programadores. El rostro apuesto de Asier se enfrié como el cielo antes de una tormenta invernal.

Qué coincidencia que las grabaciones se borraran justo ahora.

No podia olvidar que su hijo Abel era un prodigio de la informatica.

Revisen las camaras terrestres, necesitamos aquellas con audio! Desde Puerto de Estrellas, revisen cada

mara en cada cruce”, ordené Asier con la autoridad que le venia de nacimiento

abfa visto con sus propios ojos como el helicéptero despegaba del patio de la villa en Puerto de Estrellas. El uido del helicptero resonarfa en todo su trayecto.

Aunque el trafico terrestre no se veria afectado, el sonido del helicoptero seria perceptible. “iEntendido!”

Los programadores se pusieron en marcha.

Cada uno de los diez programadores se encargé de hackear las cdmaras de un cruce distinto.

En el aeropuerto.

Abel habfa terminado de borrar las grabaciones de vigilancia de la Capital. Finalmente, una sonrisa aparecié en su rostro concentrado “Listo, ya esta hecho.”

Cerr6 la computadora y se sec6 el sudor de la frente con la mano

Ramiro quedd impresionado, solo habia tardado dos minutos!

El hacker que habia contactado antes, considerado el mejor de la Capital, le habia dicho que necesitaria

menos cinco minutos.

Abel habfa borrado las grabaciones en la mitad de ese tiempo

Era la confirmacién de que los verdaderos maestros a menudo estaban escondidos entre la gente comun, y no siempre eran aquellos que se jactaban de sus habilidades.

“Bien, nos vamos”, dijo Ramiro, aliviando la tension que habia sentido. Sin las grabaciones, Asier no los encontraria tan facilmente, y su viaje seria mucho mas sencillo.

Ramiro llevé a Elia y a los demas al avién que volaria hacia el pais W.

Por supuesto, no habia sido tan ingenuo como para comprar boletos de avién, de hacerlo, habrian dejado un rastro que Asier podria seguir facilmente.

El duefio de la aerolinea era un viejo amigo suyo y le debfa un favor. Ramiro usé ese favor para que le reservaran siete asientos sin necesidad de registrarse.

De esta manera, podrian salir del pais sin dejar registro alguno.

Incluso si Asier intentaba buscarlos, seria en vano.

Ramiro y su grupo abordaron el avién, que despegé diez minutos més tarde, elevandose hacia el pais W.

Elia mir6 a través de la ventana hacia las nubes, el cielo le parecia ain mas azul, las nubes mas blancas y puras, y los rayos del sol bafiaban el cielo entre ellas con un brillo dorado.

Observando la vista que solo se podia apreciar desde el aire, Elia se relajé por completo. Tomé una profunda respiracién y penso: “Esto es aire de libertad, algo verdaderamente precioso.”

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