¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1033
Capitulo 1033
“Fabio, déjanos ir a la casa de la abuela. Quiero ir a la casa de la abuela” Los ojos oscuros de Joel se llenaron de lagrimas y su mirada de lastima hacia que la gente se sintiera insoportable.
“Yo también quiero ir a la casa de la abuela, Fabio, déjanos ir”, Iria hizo un puchero, luciendo lamentable.
Fabio se rindi6 ante la dulce stplica de los nifios, incapaz de negarles la visita a la casa de su abuela. A pesar de que no tenia la autoridad para permitirles abandonar la Villa Serenidad.
Al ver la mirada avergonzada de Fabio, Elia dijo. “No te preocupes, acabo de llamar a Asier y él estuvo de
acuerdo”.
“¢Has llamado?” Fabio no estaba seguro.
“Por supuesto que llamé. Si no me crees, echa un vistazo” Elia sacé su teléfono y se dirigi6 al historial de llamadas, la primera era una llamada de Asier.
Después de que Fabio echara un vistazo, Elia apago el teléfono y dijo: “También viste el registro de llamada, fue hace cinco minutos. Asier realmente estuvo de acuerdo en que los nifios fueran a casa de su abuela a jugar. Fabio, jpor qué sigues preocupado?”
Fabio sonri¢6 disculpandose, se secé el sudor de la frente y dijo: “Eso no es lo que quise decir. Elia, td eres la madre de los nifios, asi que es claro que los ama. Es solo que somos sirvientes y debemos obedecer las 6rdenes de Asier en todo. Si pasa algo, no nos lo podemos permitir. Como Elia habia llamado a Asier, entonces creo que no habra problema“.
Aunque fue muy rapido, Fabio vio la hora de la llamada, que efectivamente fue hace cinco minutos.g2
“Esta bien, Fabio, por favor dame la llave del Lamborghini negro, dijo Elia.
“Te llevare en el minivan Fabio estaba preocupado por su seguridad.
“Es muy tarde y estas cansado después de un largo dia de trabajo”. Elia hizo lo mejor que pudo para irse sola. Si Fabio iba, seria el espia de Asier, observandolos en todo momento.
"Esta bien, no estoy cansado*, dijo Fabio, y estaba a punto de salir para conducir el minivan.
Luego de dar solo dos pasos, alguien agarré el dobladillo de su ropa, Fabio se dio vuelta, pero no vio a nadie, bajo la cabeza y vio al pequefio Joel, sosteniendo el dobladillo de su ropa con sus manitas
“No quiero que Fabio vaya, quiero que mi mama conduzca el auto. Vamos al centro comercial a comprar McDonald's antes de regresar a casa de la abuela. Fabio no nos deja comer McDonald's". El tipo estaba agraviado pero tenia su propia perseverancia.
Fabio, complacido con la ternura de Joel y respetando el deseo de Elia, fue a buscar las llaves del auto. Mientras tanto, Elia sentia como sus nervios se relajaban al anticipar la salida de la Villa Serenidad, un lugar donde cada paso parecia estar vigilado.
Al regresar, Fabio les entrego las llaves y con un dejo de preocupacion les recordo que podian contar con el para cualquier eventualidad. Elia, agradecida, acept¢ las llaves y, con Iria de la mano, se apresuro a salir de la
casa
La Villa Serenidad quedo atras mientras Elia y los nifios se dirigian hacia un momento de libertad y sencillez, algo que, en medio de la vida rigida y formal que llevaban, valoraban como un tesoro invaluable
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