Cuando volviste a casa todavía llevabas puesta la chaqueta, ¿de verdad fuiste a la oficina?”

La voz de Maira estaba llena de sospechas, y Leo no pudo evitar fruncir el ceño, “¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso piensas que estuve fuera de casa con otra persona?”

Capidly 15%

post her sue palatias, rest had semic

Vaya, zet tue Hart for pe

que quieres penem, an legerade m

Malta no enten

Alver que Maior to temis intención de hablar seat ch

/

“Esta noche dormir en ele

No tenia miedo de discutir con Maita, hata nad wynos culpara sin más:

Pero lo que realmente le asustab ons ouers deseo de conocer la verdad

Para ella, Leonardo era como un extraño, y todo o que o notariaals

Después de que leonardo se fue, Maira se abrazo a sus piemas o desnim se excogió en una posición que le daba una sensación de segundad

Cuanto más lo pensaba, más enojada se sentia

¿Por qué Leonardo tenia el derecho de enojarse con el poeta namesto estaba alli actuando de manera intindiante

Maira yacia en la cara dando queltas sin poder dormir

Cada vez que cerraba los ojos, los mensajes de Ezra se reproducten en tu ment

ecluso podia imaginarse la expresión de satisfacción en el rostro de Elvira al enviar esse mensajes

strarla, agarró la almohada donde debería haber descansado otra persona yaglolorben las veces, Eso te pasa por engañarmer

De esta manera, dando vueltas sin cesar, Maira pasó la noche como si estes en una sentén, on lograr dormir bien.

A la mañana siguiente, se levantó con dos enormes ojeras

ma se nazo antes de poder bajar las escaleras,, terreno encomane con Leonardo saliendo

del estudio.

Pero para su sorpresa, él ya había ido a la oficina temprano, como si estuviera ansioso por no encontrarse con ella.

“Ay, pero ¡qué es esto! Mairita, ¿no dormiste bien anoche?

Leo y tú, los dos despertaron con unas bolsas bajo los ojos que casi tocan el suelo y con ojeras más grandes que las de un oso panda. ¿Qué les pasó?”

Maira sacudió la cabeza. No podía dejar que los ancianos se preocuparan por todos sus problemas “No pasa nada, solo tuve pesadillas anoche. No dormi bien, pero no es nada serio

Brenda, con un corazón lleno de compasión, le sirvió a Maira un tazón de sopa de pollo.

“Toma, bebe algo bueno para reponerte, todavía eres joven, recuperarás tu energía con un buen caldo. Cuando llegues a la edad de la abuela, no importa cuánto comas, no sirve de nada. Así que, aprovecha tu buena salud.”

En la casa de la familia Ibarra, los empleados hacían los postres más deliciosos, y la sopa estaba preparada al gusto de Maira.

Ella bebió una taza y media antes de dejar la cuchara a un lado.

Tienes que hacer algo hoy en el set?

Si no, ¿por qué no me acompañas al jardín para ver las nuevas rosas que hemos trasplantado?”

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