Capítulo 2008

El ambiente estaba excepcionalmente alegre, algunos bebian, otros cantaban rancheras, y siempre junto a Leonardo, charlando animadamente con la gente alrededor.

Maira la observaba, sintiendo una punzada de envidia.

Ella nunca podía desenvolverse como Elvira, conversando felizmente con todos, con esa naturalidad desenfado…

Frente a personas desconocidas, ella se sentía incómoda de manera inconsciente.

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Leonardo, rodeado por la multitud, posó su mirada en Maira, que estaba sentada sola en un rincón, con la cabeza gacha y una expresión sombría.

Entrecerrando los ojos, Leonardo pensaba…

Cuando su abuelita le habia hablado de las entradas al cine, él realmente no queria ir con Maira.

No eran pareja, así que no había razón para hacer ese tipo de cosas.

Pero la abuela ya habia comprado las entradas, y no queria decepcionarla. Dado que lo prometió, realmente queria cumplir y ver la película con Maira, solo que no esperaba que Elvira le preparara una sorpresa de cumpleaños en ese momento…

Era comprensible que Maira se sintiera decepcionada, Cualquier cambio inesperado en los planes puede entristecer a cualquiera.

Desde la distancia, Leonardo se levantó de repente y se acercó a Maira: “Vamos.”

Maira también se levantó lentamente, aún confundida: “¿Ir? ¿A dónde?”

“¿Quieres seguir aqui?”, preguntó Leonardo, sin esperar a su respuesta, tomó su mano, listo para irse.

Al ver esto, Elvira frunció el ceño y dijo: “Leo, ¿a dónde vas?”

Se acercó a ellos, con la mirada fija en sus manos entrelazadas, y ya no pudo esconder su enfado: “Leo, es tu cumpleaños. He planeado esta fiesta por mucho tiempo, si te vas, ¿qué estaríamos celebrando?”

Leonardo miró a su alrededor y dijo: “Gracias por preparar esto para mi, pero ahora necesito tiempo a solas con mi esposa. No se preocupen por nosotros, ustedes sigan disfrutando, yo cubro todos los gastos de esta noche, disfruten sin remordimientos.”

Las palabras “tiempo a solas” ya eran suficientes para herirla, y al ver que él realmente se iba, Elvira volvió a hablar: “Leo, ¿y adónde van a celebrar con la Señorita Maira?”

Maira se sentia extremadamente incómoda bajo la mirada de Elvira: “Leonardo, quizás deberías quedarte y disfrutar con todos.”

Intentó retirar su mano de la de Leonardo, pero él la sostenia con fuerza, y no importaba cómo intentara moverse, no podia liberarse.

“No es conveniente decir a dónde vamos, ustedes diviertanse,” insistió Leonardo, y se marchó con Maira.

Elvira se giró para verlos irse, con una mirada furiosa.

“Elvira, nosotros…” La gente miraba preocupada a Leonardo alejándose, temiendo que Elvira se enojara.

Al escuchar las voces de los demás, Elvira rápidamente se compuso y giró la cabeza con una sonrisa:

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Capitulo 2008

“No se preocupen, Leo tiene asuntos que atender. Sigamos divirtiéndonos.”

Con esas palabras, todos, se relajaron y continuaron con la fiesta.

Elvira se sentó en el lugar donde Maira había estado sentada, girando una copa de vino en su mano,

Desde la primera vez que vio a Maira en la fiesta, no la consideró una amenaza.

Parecía que había subestimado a su rival.

Maira, llevada por Leonardo, abandonó el club sin mirar atrás, y al llegar a la acera aún estaba aturdida: “Leonardo, si te vas así, la Señorita Elvira se enojará; ¿verdad?”

“¿Y tú no estás enojada?” Leonardo la miró fijamente, ¿Por qué no expresas tus propios sentimientos y solo te preocupas por los de los demás?”

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