Capítulo 1996

En estos días, Maira y Zeus habian estado en contacto frecuente, y él la había ayudado con montones de pendientes.

Maira reconocía que Zeus era un recurso valioso en cuestiones laborales; enviarlo a darle una lección a Ineta no representaria un desafio para él. Pero Maira queria encargarse de esto por su sí misma.

A aquellos que la habian subestimado, ella pretendia responderles con sus propias acciones; si no, ¡jamás aprendería a defenderse por si misma!

“Puedo manejarlo yo sola, y además, Zeus ya me ha ayudado un montón últimamente. Él es tu asistente, no mi recadero, no puedo seguir aumentando su carga de trabajo.” Maira apretó los labios en una sonrisa tenue.

Por alguna razón, en esa expresión sonriente de Maira, Leonardo detectó un destello de melancolía que lo conmovio.

“Vamos.” Leonardo se acercó y tomó su mano con naturalidad. “Te invito a comer.”

Maira apenas tenía tiempo de procesar lo que pasaba cuando el ya la estaba arrastrando hacia afuera. “¿Eh? Leonardo, espera…”

Parecia que él no oia las palabras de Maira y continuo avanzando con paso firme. Maira dejó de resistirse, bajó la mirada hacia sus manos entrelazadas y sintió cómo su rostro se ruborizaba y se sumía en sus pensamientos.

No sabía en qué momento habia comenzado a tolerar el contacto fisico con Leonardo.

Sin darse cuenta, la relación entre ellos parecia haber cambiado….

Junto al auto, Leonardo abrió la puerta del copiloto e indicó a Maira que subiera: “Entra.”

“¿A dónde vamos?” Maira, mirando su mano recién liberada, se sentía extrañamente incómoda sin saber dónde ponerla.

Leonardo suspiro con resignación y la empujó suavemente hacia adentro: “¿Qué más? A comer.

Llevó a Maira a un restaurante cercano y le dijo al camarero: “El camarero asintió rápidamente y en cinco minutos todos los platos estaban en la mesa: “Señor Leonardo, aquí tiene todo.” Una vez que el mesero se fue, Maira expresó sus dudas sobre la comida: “Leonardo, ¿estos platos son recién hechos? Es que nos sentamos y en cinco minutos ya estaba todo listo.”

“Este lugar siempre guarda una mesa con mis platos habituales. Si vengo, sirven; si no, se convierte en su cena.” Leonardo preparó una sopa y la colocó frente a Maira.

Maira quedó impresionada una vez más con la vida de las personas adineradas, al ver una mesa repleta de ingredientes que podrian costar una fortuna y que se preparaban a diario: “¿Frecuentas este lugar?”

“De vez en cuando.” Leonardo sirvió su propia sopa y comenzó a beberla con elegancia.

Maira frunció el ceño, sin duda era un estilo de vida lujoso, y empezó a saborear su sopa.

La sopa parecía simple, pero después de probarla, descubrió un sabor exquisito que nunca antes había experimentado: “¿Cuál es el secreto de esta sopa? ¿Por qué está tan rica?”

“¿Para qué tienes tantas preguntas? ¡Come y ya, no hables tanto mientras comes!” Leonardo se calentó el estómago con la sopa antes de empezar con los platos principales.

14:29

Capitulo 1996

Para poder asistir a ese espectáculo tan especial, Leonardo tampoco había tenido tiempo de comer.

“Sr. Ibarra,

a, parece que sabes bastante de buena comida, ¿eh? Maira murmuró antes de concentrarse en

su comida.

Los platillos parecían simples, pero el sabor difería por completo al de cualquier otro lugar. Después de un rato, Leonardo alzó la mirada hacia ella: “Entonces, ¿cuál es tu plan a partir de ahora?”

“¿Yo?” Maira frunció el ceño, reflexionando por un momento, “Con este video en mi poder, Ineta no deberia molestarme por un tiempo. Planeo seguir buscando trabajo, cuanto antes encuentre algo, antes podré empezar a ganar dinero.”

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