Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Capítulo 1946

Capítulo 1946

“Claro que lo hice, te busqué, pero no te encontré.”

Maira le contó a Leonardo cómo un tipo en la fiesta había intentado ligar con ella y que Luben la habia ayudado.

“¿Ligar?” Leonardo frunció el ceño, su expresión se oscureció, “¿Alguien te molesto?”

Maira se dio cuenta de que parecia enojado y rápidamente agitó sus manos: “No, no! Solo habló un poco de más. Yo estaba apurada por encontrarte y no quería seguir hablando con ese hombre.”

“De acuerdo,” Leonardo asintió con un gruñido, agarrando su mano para irse

Cuando Maira recordó que Luben estaba todavia detrás de ella, apresuradamente agarró la mano de Leonardo: “Espera, Leonardo, de todas formas, al menos debería despedirme de Luben ¿no?”

Su comentario hizo que Leonardo se detuviera y se volvió hacia Maira: “¿Qué quieres decirle?”

“Un momento.” Maira soltó su mano y se giró hacia Luben, “Luben, tengo que irme, pero me alegra haberte visto aqui. Podemos charlar en otra ocasión.”

Luben los miraba confundido, aun tratando de entender la situación: “Mairita, ¿eres tan cercana a mi pr

primo?”

Él habia pensado que apenas se conocian, que su relación era meramente casual.

Pero al ver cómo se tomaban de la mano, parecía que eran intimos, que tenían una relación especial.

“Nosotros…” Maira, viendo la mirada inquisitiva de Luben, no sabia cómo explicar la relación con Leonardo.

*Luben pregunto: “Mairita, ¿son buenos amigos?”

Justo cuando ella iba a asentir, Leonardo dio un paso adelante, extendió su brazo y la rodeo por los hombros: “No somos amigos.”

Al sentir su mano sobre ella, Maira se estremeció y sin querer se encontró mirando a Luben.

No quería que supiera la naturaleza de su relación con Leonardo, preferia mantener en secreto ese enredo complicado y desordenado.

Pero por la acción de Leonardo, claramente no tenia intención de ocultar nada.

O tal vez, él queria ser el que revelara su relación.

Leonardo dijo con voz grave: “¿Cómo puedes llamarla por su apodo asi nada más? Ahora deberias llamarla

cuñada.”

Luben se sobresaltó, mirando a Maira incrédulo: “¿Cuñada? Mairita, ¿mi primo y tú se casaron?”

Al ver su expresión, el corazón de Maira se llenó de tristeza. Su amor secreto de tantos años se habia desvanecido justo cuando se reencontraban.

No había tenido tiempo de dejar que ese cariño echara raíces y creciera cuando Leonardo abruptamente lo

cortó de raíz

Maira bajo la cabeza: “Si, nos casamos.”

“Ya

a veo.” Luben se quedó en silencio por unos segundos, luego forzó una risa amarga, “Entonces mi primo tiene razón, debo llamarte cuñada ahora.”

Maira levantó la vista nuevamente, y la palabra “cuñada” se clavó en su corazón como dos cuchillos afilados.

Para Maira, lo más inolvidable en su vida era aquel sol que había calentado su época más oscura.

Ahora, ese sol estaba frente a ella, pero irónicamente, ya no tenía derecho ni siquiera a intentar alcanzarlo.

Leonardo bajo la mirada hacia Maira en sus brazos, con una mirada llena de sarcasmo, “¿Así que mi primo y tú

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son muy cercanos? Parece que la conversación fue muy amena.”

Luben notó la tensión entre ellos y rápidamente intentó aliviar la atmósfera con una sonrisa: “Primo, fuimos compañeros de secundaria, hace muchos años que no nos velamos, hoy por casualidad nos encontramos y hablamos un poco.”

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