Capítulo 1943

Pero por más que buscó en cada rincón de su mochila, no pudo encontrar la toalla sanitaria.

Estaba segura de haberla puesto alli.

Desde muy pequeña, Maira solia preparar sus cosas por si misma y habia desarrollado el hábito de organizar todo lo que necesitaria al día siguiente cada noche.

Por eso recordaba claramente haber puesto la toalla sanitaria en su mochila, pero, ¿cómo podia ser que después de una clase de educación fisica, habla desaparecido?

Sin otro remedio, tuvo que pedir prestada una a sus compañeras.

“¿Alguien tiene una toalla sanitaria?”

“¿Me podrian prestar una toalla sanitaria? Se las devolveré.”

No importaba cómo lo preguntaba, todas sus compañeras respondian lo mismo: “No tengo.”

Sin poder conseguir una toalla sanitaria, Maira se sentó en su lugar. Todo su dinero para gastos menores habia sido tomado por Ineta, no tenia un dólar para comprar un nuevo paquete y el poco que Cecilia le daba ya era escaso, además de que Ineta siempre encontraba algún pretexto para quitarle su dinero.

¿Qué podia hacer? Si las cosas seguían asi, pronto ensuciaria su ropa.

“¿Qué, te llegó el periodo?” Ineta se sentó frente a ella con una expresión burlona. “Ay, hermanita, ¿cómo puedes ser tan descuidada que ni llevas toallas sanitarias?”

A pesar de ser un año mayor, Ineta estaba en la misma clase porque habia repetido un año por no ser buena en los estudios.

A diferencia de la solitaria y callada Maira, la generosa y vivaz Ineta era más popular entre los compañeros de clase.

Y aquellos que se llevaban bien con ella terminaban por aislar a Maira, como si fuera una regla no escrita en la clase

Maira la miró, luchando contra las lágrimas, “Hermana, ¿podrias ayudarme a comprar un paquete de toallas sanitarias?”

Ineta la interrumpió de inmediato: “Maira, no es que no quiera ayudarte, es que ¿de dónde saco dinero para comprarte toallas sanitarias?”

Con resignación, Maira respondió, “Pero, si ayer me quitaste el dinero que mamá me dio.”

Ineta frunció el ceño con despre Cuando te quité tu dinero? Lo perdiste porque no cuidaste bien tus

cosas, ¿por qué me echas la culpa?”

“Si, Maira, no acuses a Ineta sin razón.”

“Maira, ¿cómo puedes ser tan irresponsable y culpar a los demás?”

La aguda voz de Ineta fue escuchada por todos y los demás estudiantes comenzaron a señalar a Maira en apoyo a Ineta.

Como si la equivocada fuera ella.

Ella no tuvo fuerzas para explicar y salió corriendo del salón hacia las gradas del campo de juego, donde se agachó para esconderse.

¡Mejor pasar la vergüenza alli que frente a todos esos compañeros!

“Toma.”

Una voz suave y clara resonó.

Maira levantó la mirada siguiendo la voz y vio a un chico parado bajo el sol, sosteniendo un paquete de toallas sanitarias, “No sé cuál es tu marca preferida, asi que compré unas al azar.”

Maira se levantó lentamente, un poco avergonzada y sin poder creer lo que vela.

El chico sonrió y asintió: “Te vi pidiendo prestado a las demás, fui a la tienda y aproveché para comprarte un paquete, pensé que podrías necesitarlo.”

Maira extendió la mano, temblando un poco al recibir el paquete de toallas sanitarias: “Gracias, de verdad te lo agradezco.”

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you find any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report