Capítulo 1940

“Somos solo amigos,” Maira no dijo mucho, solo sonrió mientras se veía al espejo.

Adán se dio cuenta de que Maira no quería hablar más sobre la relación entre ellos, así que no preguntó más y simplemente sonrió, empezando a maquillarla con mucha seriedad.

Mirándose al espejo y viendo cómo camblaba poco a poco, Maira se sentia como si todo fuera un sueño.

Nunca habia usado ropa tan bonita. Cada vez que veia a Ineta con su lindo vestidito de fiesta, sentia envidia, pero no se atrevía a desear uno para sí misma, porque aunque lo deseara, sabia que no lo tendría.

“Mami, mañana es mi cumple, ¿puedo tener un lindo vestido?” Maira miraba a Cecilia con ojos llenos de esperanza, pero lo único que recibió fue la dura respuesta de su madre.

“¿Tú, con un vestidito? ¿No te compré ya un montón de camisetas? Mairita, tienes que estar contenta con lo que tienes, no siempre comparándote con tu hermana.”

La pequeña Maira de ocho años nunca consiguió el vestido que tanto queria.

Y ahora, llevando el vestido de sus sueños, Maira no sentia la misma emoción.

Tal vez es que cuando realmente quieres algo y no lo consigues en su momento, cuando finalmente lo tienes, ya no significa tanto.

El proceso de maquillaje y estilismo tomó más de dos horas. Cuando Maira apareció frente a Zeus con el vestido que Leonardo había seleccionado, incluso a Zeus, acostumbrado a ver mujeres hermosas, se le corto la respiración.

Maira siempre se vestia de manera muy sencilla y rara vez usaba maquillaje, si lo hacía, era simplemente una

base ligera.

Zeus podia ver que tenia rasgos bonitos, pero no esperaba que después de un cuidadoso arreglo, Mairal pudiera lucir tan radiante. Era de esas personas que destacan en una multitud a primera vista.

“Zeus, ¿estoy bien asi? ¿No es demasiado exagerado?” Maira, que nunca había llevado un vestido formal, estaba nerviosa y se sentia insegura incluso para mantenerse de pie.

El asistente se levantó sonriendo: “Srta. Jurado, está hermosa. Vamos, el Señor la estará esperando en el evento. Primero la llevaré a comer algo; no es bueno que coma mucho durante la fiesta y además durará hasta tarde, no puede quedarse con hambre.”

Zeus llevó a Maira a una taquería para comer algo rápido y luego la llevó al lugar de la fiesta.

Al enterarse de que el Señor Leonardo ya había llegado al evento, le dijo a Maira que entrara sola a buscarlo.

“¿Entrar yo sola?” Maira se paró en la entrada, nerviosa por no haber estado nunca en ese tipo de eventos, “¿Y si no lo encuentro qué hago?”

Zeus notó su nerviosismo y la tranquilizó: “Srta. Jurado, no se preocupe, en cuanto entre lo verá. Seguro que está adentro esperándola,”

“Bueno, está bien.” Maira suspiró resignada, se giró hacia la entrada de la fiesta, tomó una profunda respiración y dijo, “Entonces entraré sola.”

Caminó con sus tacones hacia adentro, entregó su invitación al personal de recepción y entró sin problemas.

Ya habla bastante gente en la fiesta y Maira, siguiendo a la multitud, no atrajo mucha atención.

Miró a su alrededor buscando a Leonardo, pero no lo encontro, lo que la puso un poco ansiosa. ¿No habian dicho que la estaria esperando alli?

¿Dónde estaria?

Maira se movía entre la gente, buscando desorientada a Leonardo.

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16:06.M

Capitulo 1940

“Señorita, ¿necesita ayuda?” Un hombre de traje negro apareció frente a Maira, sonriéndole amablemente, “¿Estás buscando a alguien? Si necesitas ayuda, puedo asistirte.”

Maira dio un paso atrás, mirándolo con precaución: “No es necesario, gracias. Por favor, déjame pasar, necesito seguir buscando.”

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