Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Capítulo 1914

Capitulo 1914

Capítulo 1914

“Voy a devolverles cada centavo que ustedes han gastado en mi. Y en cuanto al matrimonio, no voy a obedecer sus deseos.” Dicho eso, Maira agarró su maleta y se dio la vuelta para irse.

“¡Maira, detente!”

Los gritos de Cecilia no hicieron efecto en su hija, quien siguió su camino sin mirar atrás, dejando a Cecilia con la mano en el pecho, como si fuera a desmayarse.

“Papa, mamá, no se enojen,” dijo Ineta con una voz dulce, acercándose a Cecilia, “Mi hermanita no entiende, pero aqui me tienen a mi. Yo voy a encontrar un buen marido y no los voy a decepcionar.”

Cecilia tomó su mano, con una mirada llena de alivio: “Menos mal que te tenemos. ¡Ay! Mairita también era sensata cuando era pequeña, no sé qué le pasó para cambiar así.“

“¡Es que no has sabido educar a tu hija!” Alonso le reprochó en voz baja, “Si ella quiere irse, que no vuelva más.” Cecilia, reprendida, se quedó callada sentada a un lado.

Al salir de la casa de los Jurado, Maira respiró profundamente, sintiéndose renacer.

Desde ese día en adelante, podría vivir la vida que quería, sin tener que sacrificarse por los demás.

“Señorita Jurado, su transporte está listo,” dijo Zeus mientras le abría la puerta del carro y tomaba su maleta.

Maira le agradeció y subió al auto.

En el camino a la casa de los Ibarra, se acordó de ese hombre llamado Leonardo y comenzó a sentirse

nerviosa.

En el próximo año tendría que convivir con un hombre que no conocía y adaptarse a una nueva familia grande, no sabía si tendría la capacidad de hacerlo bien.

“Señorita Jurado, hemos llegado,”

Esta vez, Zeus la dejó en la antigua mansión Ibarra y el sentimiento de Maira era muy diferente.

Qué patio tan grande y elegante.

Ese sería su hogar durante el próximo año.

Debería aprovechar ese tiempo para planificar bien su futuro.

Al entrar, vio a dos ancianos sentados en el sofá, sonriéndole

Maira se quedó parada, nerviosa, “Disculpen, yo vengo a buscar a Leonardo.”

La anciana sonrió, “Tú debes ser Maira, ¿verdad?”

Ella se sorprendió de que los ancianos supieran su nombre: “Eh, sí, soy Maira.”

La anciana la miró de arriba abajo con una sonrisa, “Bastante guapa, pero aparte de eso, no veo nada especial¿Qué tienes que nuestro Leo está tan empeñado en casarse contigo?”

Maira rápidamente se acerco y saludo con respeto, sonriendo y explicando Perdon, Leonardo nunca me presentó a nadie de su familia, pero supongo que ustedes deben ser muy importantes para et Es un placer conocerlos, soy Maira”

La anciana pareció sorprendida, ya que pensaba que una chica de una familia modesta no tendria buenas maneras, pero Maira era todo lo contrario y su impresión sobre ella mejoró

“Somos los abuelos de Leo, nos enteramos de que planean casarse, dijo Brenda señalando el sofa. “Sientate un rato”

Al saber que eran los abuelos de Leonardo, Maira se puso aún más nerviosa y se sentó cuidadosamente “Un

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gusto, abuelitos!”

“Leo nunca habló de ti antes, ¿me podrías contar cómo se conocieron?”

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