Capítulo 1844

Leonardo fue reprendido por su hermana y se tranquilizó, pero no olvidó burlarse con alivio, “¿Ya empezaste a proteger a ese tipo que apenas regresó?”

Esther resopló y dijo: “Es mi esposo, a quién más voy a proteger si no a él?”

Al ver que ella hablaba con tanta firmeza, Leonardo supuso que realmente estaba bien y se rio, “¡Está bien, está bien! ¡Prometo que ya no me burlaré de tu esposo! Solo lo alabaré, ¿eso está bien?”

Esther asintió, “Más te vale que no lo molestes”

Leonardo sintió que lo trataban injustamente, “Mi querida hermana, me estás sobrevalorandol Nunca pude burlarme de ese tipo, siempre se me adelantaba y no me dejaba forma de reclamarle!”

Ella dijo: “No tenias oportunidad! Cada uno con sus habilidades, ¡eso solo demuestra que necesitas esforzarte

más!

Su hermano se rio con resignación, “Ingrata! ¡Prefieres a tu esposo antes que a tu hermano! Bueno, ya no discutire contigo, voy a verte? ¿Y a consolar a mi cuñado?”

Esther pensó un momento y volvió a rechazarlo, “¡Otro día! Te reservaré un espacio en mi agenda para que puedas invitarlo a cenar.”

Leonardo frunció el ceño, “¿No puedes ser un poco más amable conmigo? ¿Voy a invitarlo a cenar y además necesito que ustedes dos me hagan un hueco en su agenda?”

Esther levantó una ceja, “¿Y qué más? Si no quieres, déjalo, de todos modos estamos muy ocupados

últimamente.”

Su hermano se apresuró a decir, ¡Sí, sí, quiero! ¡Estoy dispuesto! Gracias de antemano por tomarte el tiempo para verme, jestaré esperando tu llamada!”

Ella sonrió, “Bien! ¡Te llamaré!”

Después de decir eso, colgó el teléfono.

Del otro lado, Leonardo sacudió la cabeza con resignación pero sin enfado. ¡Esa ingrata solo tenia ojos para

su Adrian! ¡Ay!

Adrián despidió a sus subordinados y se acercó a Esther con una docena de regalos, “¿Estabas hablando con tu hermano?”

Ella asintió, “¡Se enteró de lo que pasó! Dijo que vendría a vernos, pero no lo deje.”

Adrián sonrió con ternura y caminó con ella hacia el ascensor, “¿Por qué no lo dejaste venir? ¿Podría haber venido a ver a tu mamá también, no?”

Al escuchar eso, Esther frunció el ceño con preocupación, “Precisamente porque mi mamá está aqui, no me atrevi a dejarlo venir!”

¡Ding!

¡Las puertas del ascensor se abrieron!

Adrián entró con Esther y preguntó, ¿Por qué?”

No habia nadie más en el ascensor, asi que apretó los labios y luego dijo Mi mamá solo quiso verme a mi, no quiere ver a nadie de la familia Ibarra, por eso se cambió a este hospital!”

Adrián entendió, “Mmm, entonces invitemos a tu hermano a cenar otro dia, el nos ha ayudado mucho detrás

de escena

Esther asintió, “Le dije que cenariamos otro dia, pero le pedi que invitara, tú no necesitas hacerlo

Adrián se rio, sus ojos frios y agudos se curvaron con diversión, “¿Me estás protegiendo tanto que también ahorras dinero por mi?”

Esther lo miró con desdén, “Estoy protegiéndote, ¿no estás contento? ¡Entonces invita tú mismo!”

Adrián sonrió y dijo: “Yo siempre te escucho, si dices que debo invitar, invitaré, si dices que no debo hacerlo, ino gastare un centavo!”

Esther se rio de las bromas de Adrián. Luego recordó que Adrián estaba sosteniendo muchos regalos con su brazo herido y rápidamente los agarró, “¡Déjame ayudarte! ¡Sería mejor si no movieras ese brazo!”

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