Capítulo 1798

Jimena respondió con una sonrisa, sentándose en la silla que Brayan le había acercado, sin decir nada.

¿Qué debería decir?

¿Para que querria ese chico que viniera alli?

El ambiente incómodo fue roto después de que Brayan se sentó en una silla a su lado.

“¡Papa‘ ¿Adivina a donde fuimos?”

Leandro sonrio y negó con la cabeza, “¿A dónde fueron?”

Su hijo sonno presuntuosamente. Acabamos de ir a cenar con mi hermana!”

Leandro se quedo atónito, mostrando una expresión de envidia. En serio? ¿Qué comieron? ¿A ella le gustó?”

Brayan respondió Comimos ceviche, más o menos.”

La mirada de su padre se suavizo, “¿Y que le gusta comer normalmente? Todavia le gusta lo dulce como cuando era pequeña?

Leandro hizo esa pregunta mirando a Jimena, porque sabía por Brayan que Jimena y Esther habían sido buenas amigas durante muchos años

Jimena negó con la cabeza, “Cuando éramos pequeñas no teniamos la oportunidad de comer dulces a menudo, después a ella dejó de gustarle Al escuchar a Jimena decir que cuando eran niñas ni siquiera podian comer algo dulce, Leandro sintió una amargura en el fondo de su corazón, haciendolo suspirar. “Es mi culpa

Jimena no dijo nada más, aunque sabia cómo ser cortes, no podia mentir.

De hecho, era su culpa.

No había sido un buen padre

Viendo que su padre estaba decaido, Brayan rápidamente cambió de tema, “Papa! Ya terminaste tu suero y tomaste tu medicina, te ves bien ¿Quieres que Jimena y yo te llevemos a dar un paseo por el jardin?”

Jimena intervino. “Ya está oscureciendo, ¿por que quieres llevar al Sr. Leandro afuera?”

Leandro sonrio amigablemente. “No pasa nada. He estado encerrado en el hospital durante varios dias, quiero tomar aire fresco.”

Viendo que padre e hijo estaban de acuerdo, Jimena no dijo nada más Ella era una extraña, ¿para que meterse?

Así que, Brayan fue emocionado a pedir una silla de ruedas a la enfermera jefe

Leandro se sintió un poco desesperado, “Brayan, no me lastimé la pierna, no necesito una silla de ruedas. ¡Puedo caminar con ustedes!”

Su hijo insistió. “No! De todos modos, eres un paciente ahora, cuanto más ahorres energia, más rápido te recuperaras.”

Al final, Leandro, incapaz de vencer a su hijo menor y se sentó a regañadientes en la silla de ruedas

Brayan y Jimena lo empujaron juntos fuera de la habitacion

Mientras iban al ascensor, Brayan se acercó a Jimena y le susurro, “Jimena, antes le dijiste Sr Leandro a mi papà, que linda.”

Jimena se quedó atónita, le echó una mirada de disgusto y respondió en voz baja, “Es simplemente por cortesia.”

Brayan sonrio como un cachorro, “No importa por qué, ime hace muy feliz!”

Ella ajustó sus gafas de montura dorada y no le presto mas atención

En ese momento, algunas enfermeras pasaron junto a ellos, empujando una cama de hospital

En la cama había una mujer, todavía recibiendo suero, pero como tenia la cabeza baja, no se podia ver su rostro.

Inicialmente, Jimena solo le echo un vistazo y no le prestó mucha atención, pero al ver a Berta y Carmen que seguían la cama, su mirada

cambió

¿Eran la esposa y la hija menor de Arturo? ¿Por qué estarian alli?

¡Ding!

Jimena, ¿en qué estás pensando? El ascensor ha llegado

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