Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Un Beso Que Le Atrapó A Mi Se5ñor Perfecto Capítulo 2604

Capítulo 2604

Marcelo estaba atado de manera rudimentaria, con las manos a la espalda;

evidentemente, sus captores no le consideraban una amenaza.

Cuando recobró el conocimiento, escuchó a sus secuestradores contar chistes subidos de tono y reír a carcajadas dentro del vehículo.

“Estos ricos sí que son un chiste, creen que somos tontos, pero el jefe sí que es listo. Nada más lanzó el anzuelo y ellos vinieron corriendo a tirarnos el dinero.”

Un hombre de voz grave hablaba entre risas.

Con los ojos cerrados, Marcelo intentaba discernir cuántas personas había en el coche.

Su plan inicial, en caso de ser secuestrado, era aprovechar la situación para rescatar a los dos niños.

Pero también tenía que ser realista respecto a sus habilidades; si tenía suficiente ayuda, podría actuar, pero si no, tendría que esperar pacientemente por el rescate de la policía.

Confía en las autoridades.

“Esos idiotas seguramente ya llamaron a la policía, solo que no se han mostrado aún delante de nosotros.

Después de todos estos años lidiando con ellos, ¿aún no los entiendes? Lo que más temen es actuar precipitadamente, así que seguro cumplirán con nuestra primera demanda.

Ja, si hubiéramos sabido que sería tan fácil, deberíamos haber pedido más. Así, podríamos repartirnos un mejor botín y luego ir a celebrar con unas buenas bebidas.”

La voz del hombre sonaba confiada, menospreciando completamente a la policía, lo cual denotaba su arrogancia.

“Jeje, jefe, siempre pensando en nosotros. Contigo siempre hay algo que ganar.”

No es de extrañar que no tomaran en serio a la policía; todos eran veteranos del crimen.. Sabiendo eso, Marcelo frunció el ceño involuntariamente, preocupado por si lograrían

escapar.

Pase lo que pase, lo único que importaba era que su hija pudiera huir.

Estaba preparándose despertado.

para lo

peor, cuando uno de los matones notó que había

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“Oye, viejo, ¿me tomas por tonto? ¿Por qué tienes los ojos tan cerrados?”

El hombre lo golpeó bruscamente en el estómago.

Marcelo emitió un sonido doloroso y el jefe finalmente le prestó atención.

“Nico, averigua quién es este tipo. Con lo débil que se ve no creo que sea un policia.”

“Claro.” Nico, el hombre delgado, comenzó a golpear a Marcelo sin darle oportunidad de responder.

No fue hasta que Marcelo yacía en el suelo, aturdido y emitiendo sonidos débiles, que Nico preguntó, “El jefe te está hablando. No intentes engañarnos o te costará la vida.”

“Soy el padre de la niña. No soy un policía, pueden estar tranquilos.”

Marcelo intentó tranquilizarlos con un gesto débil mientras los otros reían

despectivamente, “Con lo cobarde que eres, no te creeríamos ni siquiera si dijeras que eres un policía.”

“Jijiji, quién iba a decir que tendríamos a uno que se entrega. Realmente no tienes miedo a la muerte.”

“El hombre es padre de la niña, por supuesto que su amor es como una montaña, ¿qué sabrás tú?”

Esa última frase pareció molestar a Nico, quien en silencio, golpeó a Marcelo

nuevamente.

No fue hasta que el jefe le ordenó detenerse que Nico se calmó.

“No mencionen a los padres delante de Nico.”

Era un acuerdo tácito en su pequeño grupo, pero el joven que acababa de recibir sut parte del botin se había dejado llevar por la emoción y había osado mencionar esa palabra delante de Nico.

“Sí, jefe.”

Durante todo el trayecto, Marcelo se encogió de miedo, temiendo nuevos golpes. Sabía que su físico no era robusto, pero tampoco era tan débil.

Después de la paliza de ese día, se dio cuenta de lo mucho que le faltaba.

Si volvía a provocar a esos hombres, probablemente no tendría fuerzas ni para escapar.

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