Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Capítulo 2244

Capítulo 2244

Luben estaba impaciente, casi había perdido su característico encanto.

“Maira, ahora mismo quiero que me veas como a un desconocido y que pienses en lo que te digo. ¿Realmente quieres seguir metiéndote en algo tan arriesgado?

Incluso tus fanáticos, al saber la presión que enfrentas, estarían de acuerdo conmigo. Aquellos que te quieren de verdad no desearían verte en peligro.”

Maira fruncía el ceño, ¿acaso él esperaba que ella simplemente se rindiera…?

“Luben, entiendo lo que dices, pero este es mi primer gran proyecto, y… no puedo abandonarlo sin haberlo terminado.”

Al ver cómo Maira evitaba su mirada, Luben frunció más el ceño. “¿Sigues siendo tan terca como siempre? ¿Por qué tienes que ser tan obstinada? ¿Acaso tu vida no es más importante que cualquier otra cosa?”

Maira lo miró fijamente, “Luben, ¿viniste hoy solo para escuchar que renunciaré a ser actriz? Te lo agradezco mucho, en serio, gracias por preocuparte por mi….

Probablemente no sea suficiente para convencerte, sin embargo, esta es mi vida, y la tengo firmemente en mis manos.

Además, soy adulta, tengo derecho a tomar mis propias decisiones, y también pensaré en mi seguridad. Gracias, Luben, por venir a verme hoy. Estoy realmente agradecida. Lo siento, estoy un poco cansada ahora. Si no tienes nada más que decir, deberías ir a descansar.”

Después de hablar, Maira se volteo y cerró los ojos…

Luben soltó una risa amarga y su tono se suavizó con un poco de resignación.

“Sabía que sería yo quien sacara la cabeza y te dijera esto, y que lo tomarías a mal.

Pero no importa lo molesta que estés, simplemente tenia que decirtelo.

Está bien, ya sé lo que piensas. Acabas de despertar y no te seguiré molestando.

Cuando estés un poco mejor, volveré a visitarte.”

Al escuchar sus suspiros, Maira sintió un poco de culpa, ¿habia sido demasiado dura con él?

Después de todo, las intenciones de Luben eran buenas.

Justo cuando él se disponia a levantarse para irse, Leonardo entró empujando la puerta.

Al ver a su primo, que no debería estar alli, el rostro de Leonardo se ensombreció.

Maira, sorprendida por el ruido, se giró para ver a Leonardo entrar, y sus ojos se iluminaron de una manera que Luben nunca había visto.

“Primo…” Luben siempre había respetado a ese primo suyo,

“¿Qué haces aquí?”

Leonardo traía varias bolsas, claramente había recogido algunas cosas de casa.

“Oh, me enteré de que Maira había tenido un accidente, así que averigue que estaba hospitalizada aquí

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y vine a ver cómo se encontraba.”

Leonardo, sin dejar de moverse, paso por delante de Luben y entró a la habitación, comenzando a desempacar lo que había traido.

“Oh, entonces te agradezco en nombre de tu cuñada. Ya has visto a la paciente, ahora necesita descansar, así que puedes irte.”

Luben exhaló profundamente, “Primo, deberías poner más atención en cuidar a Maira. No se debe permitir que sufra de esta manera una y otra vez.

Si algo realmente malo pasara, ni siquiera tendrías la oportunidad de arrepentirte.”

Leonardo se detuvo en seco, tomando unos segundos antes de girarse con rigidez para mirar a Luben.

Un sarcasmo apenas perceptible se deslizó por su rostro, y con una risita dijo, “¿Y tú con qué derecho hablas ahora?”

“Primo, sé que estoy siendo atrevido, pero te pido que recuerdes que Maira no es solo tuya. Ella es como la luna, y hay más personas que la aprecian que estrellas en el cielo,” continuó sin vacilar.

La sonrisa burlona de Leonardo desapareció de su rostro, y lo miro fijamente con frialdad.