Rómpeme Cúrame y Olvídame novela completa
novela completa Capítulo 114

Capítulo 114

La voz de la mujer era aguda, resonando dolorosamente en los oídos de Mateo, quien en un momento de shock, la abrazo con fuerza y le cubrió con su abrigo para ocultar su camisa mojada que casi transparentaba. La levantó en brazos mientras Melody se retorcia, -¡Sueltame!-

Mateo no dijo nada, hubo silencioso durante un largo rato hasta que la llevó al coche que estaba cerca de la tienda, la metió dentro y cerró la puerta. Ambos estaban empapados por la lluvia, parecían una pareja de fugitivos, ¡Estás ardiendo de fiebre y ni cuenta te das!-

Ella estaba tan caliente al tacto que era alarmante. Melody palidecía por la enfermedad, pero sus ojos estaban claros y lúcidos, ¡Eso no es asunto tuyo!-

-Claro, no es asunto mío, tu piensas que me sobra tiempo para preocuparme por ti, dijo Mateo con sarcasmo mientras cerraba la puerta con llave y arrancaba el coche con un pisotón al acelerador. Melody empezó a golpear las ventanillas frenéticamente, -¿A dónde me llevas?-

-¡A un motel!-

Mateo perdió la paciencia, -¡Cállate! ¡Si sigues molestando, mejor nos estrellamos contra un puente y morimos los dos!-

El temor se apoderó de Melody, y Mateo se irritó aún más con su mirada temerosa, -¿Qué miras? ¿Nunca has visto a un tipo guapo con tan mal genio?+

No… no.

La lluvia cala a cántaros, las calles resbaladizas, y el mal tiempo no hacia más que avivar el fuego. Mateo ignoro los gritos de Melody y aceleró a fondo, deslizándose por la carretera como un rayo. Cada vez que Melody pensaba que iban a chocar con el coche de adelante, Mateo lograba esquivarlo en el último segundo.

Conducía como si buscara la muerte.

La voz de Melody se quebró, y para cuando llegaron a la casa de los Suárez, ella estaba completamente exhausta. Mateo la sacó de la parte trasera del cochely, a pesar de su resistencia, la llevó a la mansión y directamente al baño privado del segundo piso, donde llenó la bañera con agua caliente y la dejó caer en ella.

-¿Sabes nadar? No te vayas a ahogar-

Mateo dejó caer esas palabras fríamente y se fue a la habitación de al lado a cambiarse. Volvió-yat vestido con ropa seca y se encontró con Melody, pálida y mirándolo fijamente, -¿Qué demonios

ym pretendes hacer?-

-Estoy siendo un buen samaritano contigo- Mateo, ahora mucho más presentable, aunque con el cabello aún desordenado, cruzó los brazos y le sonrió-Deberías estar agradecida de que estoy de -buen humor, de lo contrario ya estarías esperando un hijo mio-

Melody no quería oír más de sus palabras, sabia que de su boca no saldría nada bueno.

-Oye, hermano, ¿qué es todo ese ruido arriba…?- Sofía Suárez, con una bolsa de papas fritas en la mano, se detuvo en seco al llegar al baño del segundo piso, -¿Melody?!-

Melody se hundió en el agua, roja de vergüenza, sin atreverse a saludar.

¡Caray! Mateo, ¿qué has hecho?-

Sofia señaló a Melody y luego a su hermano, Vaya Te has traído a la chica a casa, ¿así que ya son

una pareja?

Ni hablar de eso-

Mateo cerró de una patada la puerta. -Ve a buscarle algo de ropa para que se ponga y trae también medicina para el resfriado-

Sofia rodó los ojos. -¿Es que no puedes hacerlo tú mismo?-

Tu cuarto es un desastre, prefiero no entrar- Mateo empujó a su hermana afuera, -¡Vuelve solo cuando tengas todo!-

Diez minutos más tarde, Mateo le pasó a Melody un conjunto de ropa nueva que Sofia había buscado, y Melody observó la etiqueta: un precio con muchos ochos.

Era claro que Sofia tenia un gusto exquisito.

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