Receta para robarle el corazón al Dr. Farel novela completa
Capítulo 257

El jefe negó con la cabeza de inmediato—No, no, ya pedí un taxi, no hay necesidad de molestarse.—

—El otro día les entregué a su empresa el proyecto para diseñar el jardín y de repente recordé que tengo algunos pequeños requerimientos que no mencioné, podríamos hablar de ello en el camino.—

—……—

Así que había venido en plena noche para complicarle aún más el trabajo.

El jefe se forzó una sonrisa mientras sus labios temblaban ligeramente—Está bien, entonces le agradezco el gesto.—

Extendió su brazo y atrajo a Evrie hacia sí.

—Evi, ven conmigo, escucha más sobre lo que quiere el cliente, así vas ganando experiencia.—

Evrie—……—

Sin esperar su respuesta, el jefe abrió la puerta trasera del carro y la empujó hacia adentro.

—Siéntate atrás, acompaña al Sr. Haro y charlen un poco.—

Evrie—¿?—

Al levantar la vista, vio la mirada suplicante del jefe—por favor, por favor—.

Farel era conocido por todos por su manía por la limpieza y su aura fría; los gerentes solían evitarlo y preferían tratar los asuntos de trabajo con su asistente.

Pero esta vez él había venido personalmente.

El jefe abrió la puerta del copiloto y se sentó.

Era como si dejara a Evrie a su suerte.

—Evi, el Sr. Haro es un cliente antiguo de la compañía, tenemos varios proyectos juntos cada año, es una buena oportunidad para que se conozcan, puede que en el futuro lleguen a trabajar juntos.—

Evrie se sentó, sintiendo la presencia ligera y fresca del hombre a su lado.

Estaban separados por apenas diez centímetros, sin ningún contacto físico, pero parecía como si sus respiraciones se enredaran.

Abrió la boca instintivamente y contestó—Entendido, jefe.—

—¿Dónde vives, señor?—

Farel preguntó de repente.

—Oh, en el Jardín de la calle Martín, puedes dejarme primero a mí, Evi puede seguir el resto del camino.—

Farel asintió, e indicó a Joan—Joan, pon el GPS.—

—Claro, Sr.copy right hot novel pub

Haro.—

Joan encendió el motor y el Range Rover salió a la calle.

Durante el trayecto, Farel le hizo a Diego algunas preguntas menudas, a las que Diego respondió una a una.

Luego no hubo más conversación.

Esto hizo que Diego dudara de su propia capacidad profesional.

¿Realmente era necesario llevarlo en carro personalmente para hablar sobre esos pequeños requerimientos?

El interior del carro estaba muy silencioso.

Sólo se repetía una y otra vez la misma canción.

Diego no pudo evitar decir—Sr. Haro tiene buen gusto, esta canción es muy buena.—

Farel simplemente respondió con un—Hmm—distante y no dijo más.

Evrie volvió en sí de su ensimismamiento al darse cuenta de que una canción sonaba en bucle en el carro.

Antes, cuando él manejaba, siempre era silencioso, nunca ponía música.

Evrie se mordió el labio, fijando su mirada en el brazo de él.

Se preguntaba cómo estaría su herida.

Si aún había posibilidad de recuperación.

—¿Evi?—

Evrie estaba tan absorta que sólo cuando Diego la llamó, volvió en sí.

Evrie asintió—Está bien, lo haré.—

Después de despedirse, Diego se bajó del carro.

El silencio volvió a reinar en el vehículo.

—¿Dónde vives ahora?—preguntó Farel.

Evrie se sorprendió y respondió—Puedes dejarme en la esquina, yo…

puedo ir sola desde ahí.—

No había olvidado la promesa que le hizo a Federico.

Si se acercaba demasiado a Farel y eso causaba malentendidos innecesarios, sería problemático.

Farel guardó silencio por un momento—Esa calle no es segura, es donde te acosaron la última vez.—

Evrie—……—

—Dime la dirección.—

Insistió nuevamente.

—Joan, conduce.—

—Sí.—

Joan aceleró hábilmente hacia Mirador de Luna, sin siquiera necesitar activar el GPS.

Los dos permanecieron en silencio todo el camino, sin intercambiar una sola palabra.

♫Me encanta verte, tenerte, abrazarte.

Cuando estoy a un lado de ti todo lo bueno de mí florece. ♫

La música seguía sonando.

Cobraba vida en el silencio.

♪ Eres tú.

Ese imán de una preciosa energía. ♪

Evrie bajó la mirada en silencio, con los ojos ya enrojecidos.

Esta era la canción que alguna vez le cantó a él.

Ahora, él la repetía una y otra vez.