¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 999

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Capitulo 999

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Elia estaba segura de que habfa algo mal con aquel pastel desde el momento en que habia visto a Liuval retroceder involuntariamente un paso.

“Lo sabia, Liuva no podria ser tan amable conmigo sin razén”, pensé.

Liuva, con una mirada esquiva y una voz forzada, insistio: “El pastel lo hizo mi madre, ;como va a tener algo malo? Te lo traje porque vi que no habias comido y pensé en cortarte un pedazo con buena intencion. Y ahora me vienes con acusaciones, ;qué estds insinuando?”

Elia se puso de pie y se acercé a Liuva con la firme intencién de hacerla comer y dijo. “Si no hay problema, entonces coémetelo ti para que yo vea. De lo contrario, jcémo voy a saber que realmente no tiene nada malo?” “Ya dije que no quiero comer ahora, quiero cenar primero”, replicé Liuva, claramente irritada y avergonzada.

Pero retrocedi6 dos pasos mas al ver a Elia ponerse de pie.

Esa nerviosa evasion decia todo.

Elia ya sabia que en sus manos tenfa un pastel que no debia ser comido.

“Puedes comer el pastel y luego cenar, es igual”, dijo Elia, acercando el pastel a la boca de Liuva, instandola a comer.g2

Liuva tir6 la cabeza hacia atrds, intentando evitarlo a toda costa.

"Ya esta bien, ;qué es al final? Solo un pastel.” intervino Gabriel, quien se levanté y con una expresion seria se acerco al lado de Elia para tomar el pastel de sus manos.

Miré a Liuva con enojo y luego a Elia, y dijo: “Liuva rara vez corta pastel o sirve la comida a alguien, ni siquiera yo, su padre, he tenido el placer de que me sirva algo. Si ella lo corté para ti y no quieres comerlo, yo estaré encantado de hacerlo.”

Gabriel realmente amaba a su hija Liuva.

A pesar de tener muchas mujeres en su vida, solo tenfa una hija.

¢A quién iba a querer si no a Liuva?

Elia mir6 a Gabriel sin expresion alguna en su rostro y dijo: “Si lo deseas tanto, adelante, comelo.” Con el permiso de Elia, Gabriel cogié un tenedor, se sirvi un gran trozo de pastel y se lo llevé a la boca.

“Papa... Liuva, aterrada, intentd detenerlo a tiempo.

"¢Qué pasa?” Gabriel se llen6 la boca de pastel y pregunté con la voz pastosa.

Liuva fruncié el cefio, tragé saliva nerviosamente y con el estémago revuelto dijo: “Nada, solo que me di cuenta de que nunca te habia ofrecido comida antes, y en el futuro, recordaré servirte mas comidas...

Liuva dijo eso con una mirada culpable hacia Gabriel.

Gabriel, oyendo las consideradas palabras de su hija, sonri¢ satisfecho y dijo: “Con eso me basta, estoy

contento”

Y continu6é comiendo el pastel con grandes bocados.

Liuva vio como su padre se comfa todo el pastel, incluso lo tragaba sin apenas masticar, y sintié una nausea tan intensa que la comida en su estémago subié hasta su garganta

Para que nadie se diera cuenta, rdpidamente se excuso para ir al bafio y lavarse la cara.

“Madre mia“, pens6, “mi padre se comié lo que preparé y todavia agradece con esa cara de felicidad

Se sentia mal por Gabriel, pero no podia decir nada.

10.09

Elia observaba con indiferencia cémo padre e hija mostraban su afecto.

Su rostro estaba impasible, pero su corazén estaba helado.

Esa familia solo le transmitia falsedad y repulsion, jnada era real!

En ese momento que tenia la informacion de la IP que necesitaba, no habfa razén para quedarse mas tiempo alli

Elia se dio la vuelta y dijo: “Contintien ustedes, tengo que trabajar esta tarde, me voy.”

Puso el celular en su bolsillo y caminé hacia la salida.

“Te acompano,” dijo Gabriel y se levanto.