Capitulo 835

Escuchd nuevamente el sonido de su garganta tragando, sabia lo que eso significaba.

Elia se asust6 y decidié rapidamente sentarse en el asiento del copiloto para alejarse de él.

Miré hacia adelante, y dijo con inseguridad: “Deberiamos volver a casa, los nifios ya han salido de la escuela y nos estan esperando”.

Asier, con una mirada oscurecida, la miré y arrancé el coche, sin mostrar ningun tipo de emocién en su rostro.

El coche volvié a moverse sobre el asfalto y todo volvié a la normalidad.

Elia suspir6 aliviada. Podfa sentir que Asier estaba enfadado, pero por alguna razén, se contuvo y no la castigo.

Después de su confusion, volvié a rechinar los dientes en silencio. Habfa subestimado la boca chismosa de Vicente, jle habia contado hasta el mas minimo detalle a Asier!

iEse jefe desgraciado!

iAlgun dia le iba a dar su merecido!g2

El coche se detuvo en el patio de la Villa Serenidad. Elia bajé del coche y se apresuré a

entrar en la casa.

"iFabio, llévanos a casa de la abuela Rosalinda!” Abel se puso al frente y pidi6, con una

actitud adorable.

Iria, con los brazos cruzados, amenazd: “Si, llévanos a casa de la abuela o te haré llorar”.

"En casa de la abuela estan mama y la abuela Rosalinda, queremos ir alli.” Joel, con lagrimas en los ojos, comenzé su actuacion de dar lastima.

"jAbuela, mama!” Inés, con las manos en pufios y colocadas en su cintura, estaba

decidida.

Fabio se seco el sudor de la frente y traté de calmar a los nifios diciendo: “Vuestro padre os ha comprado muchos juguetes, id a jugar y cuando vuestro padre regrese, el os llevarg, ;de acuerdo?” Si no fuera por la orden de Asier, Fabio no se atreverfa a llevar a los nifios a ver a su

abuela.

“No quiero, solo quiero el barco de papel que la abuela hizo para mi, pero se mojé cuando me bané y se deshizo.” Iria hizo un puchero, se lamenté de la pérdida de su preciado barco de papel.

“Yo también quiero el abanico de papel que hizo la abuela.”

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Capitulo 835

“Yo quiero una pistola.”

“iYo quiero un avion de papel!”

Fabio no sabia qué hacer. Asier les habia comprado juguetes lujosos y de alta calidad, pero los nifos solo querian los juguetes de papel que su abuela hacia con periddicos.

No querian los que él hacfa.

Esos nifios eran mas dificiles de complacer de lo que esperaba.

“Nifios. No hagan pasar un mal rato a Fabio.” Elia entr¢ y dijo suavemente.

Vio

que Fabio estaba sudando profusamente y sabia que estaba pasando un mal rato, asi que decidié ayudarlo.

En cuanto abrié la boca, los cuatro nifios se giraron y en cuanto vieron a Elia, sus ojos

brillaron. Inmediatamente corrieron hacia ella.

“iMama, has vuelto!”

“Si no volvias, fbamos a buscarte.”

";Qué le paso a tu boca, mama?”

Los nifios se agruparon alrededor de sus piernas, algunos la abrazaban, otros tiraban de su ropa, mirandola con carifio.

Iria de repente hizo una pregunta preocupante.

Elia rapidamente toc su boca y sintié un ardor, no necesitaba un espejo para saber que

estaba hinchada.

Fue por el beso de més de veinte minutos que Asier le habia dado.

Apenas tuvo tiempo de responder cuando Asier se acercé desde atras y cuando se acerco, su sombra la cubri6.

Elia sinti6 un nudo en el estémago, su explicacion preparada ahora parecfa incomoda y embarazosa: "Es solo una alergia, si la enfrio un poco, estar bien.”

Mientras hablaba, evité incluso mirar a Asier de reojo, temiendo que él pudiera desenmascarar su mentira bien intencionada frente a los nifios.

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