¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 805

Capitulo 805

El aliento célido y enfurecido de Asier se mezclaba en su oido y dijo: “;Ahora sabes quién

soy yo?”

El tono grave y caliente de su voz se desperdigaba en la delicada oreja de Elia. Ella parpadeaba y su voz temblaba al decir: “Yo... yo lo sé...”

“;Quién soy, eh?” Asier alargaba su voz, tan ronco que parecfa que podria destilar agua en ella. “Mi hombre,” dijo Elia, apretando sus dientes, y mientras las lagrimas escapaban de sus ojos, deslizandose por su mejilla y mojando su cabello.

Asier temblé ligeramente, luego su actitud se suavizo y dijo: “Recuérdalo, no hagas més preguntas estlpidas.” La voz ronca de Asier se desvanecio, besando la parte trasera de su oreja.

Elia tembld, aferrandose a su espalda.

S

Asier volvio al asiento del conductor, Elia se levanto y arreglé su ropa. No se atrevia a pensar en lo que acababa de pasar.

Estaba molesta consigo misma por provocarlo, sabiendo que no saldria nada bueno de enfurecerlo.g2

Elia apretd su falda, estaba ligeramente agitada, ya su respiracién atin no habia vuelto a la normalidad.

“Quiero volver a Barrio Santa Marta. Mafana y pasado mafiana tengo dias libres, los nifios estén en la escuela, no puedo estar con ellos. Quiero ir a ver a mi madre,” dijo Elia con tono suplicante a Asier.

Hace un momento, Asier habia desgastado todas sus aristas, despojandola de su obstinacién y resistencia. En ese momento hablaba con una voz débil.

"Mmm." Asier emitié una unica silaba desde su garganta, indicando su acuerdo.

Encendié el coche y lo puso en marcha.

Elia dejo escapar un suspiro de alivio, tenfa miedo de que no la dejara volver, que quisiera llevarla a Villa Serenidad.

Para Elia, Asier era un peligro. Estar a su lado la hacfa sentir tensa.

El coche avanzaba en silencio y la atmoésfera en el interior era un poco opresiva. Elia miraba por la ventana, tratando de ignorar la tension.

Asier conducia el coche, con ambas manos firmemente en el volante. Su rostro estaba

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tenso, a pesar de que Elia acaba de admitir que él era su hombre.

Alin no estaba satisfecho.

iHabfa mentido cuando dijo que su cuerpo no podfa resistirse a él, que le gustaba él!

iEn su corazén, alin amaba a Sergio!

iPor eso, cuando le pidié que dejara de ver a Sergio, su reaccion fue tan fuerte, al extremo de atreverse a desafiarlo y cuestionarlo!

jAln no podfa olvidar a Sergio!

Al pensar en eso, Asier sinti6 como si tuviera un pufo de algodén en su pecho.

Era una sensacion extraia y desagradable.

En poco tiempo, aparcé en Barrio Santa Marta. Elia abri6 la puerta del coche para bajarse.

Estaba a punto de decir adios a Asier, pero vio que él también se bajo del coche.

Elia se quedo petrificada. ;lba a subir con ella? Si Rosalinda lo vefa, se asustarfa.

Justo cuando Elia estaba a punto de decirle que ella subirfa sola, Asier paso junto a ella, abri6 la puerta trasera del coche y saco esas tres cajas de regalos.

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