¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 783

Capitulo 783

Elia estaba tan enojada que parecia que

echaria fuego por los ojos.

Al ver a Diana arrodillada delante de Inés pidiendo piedad, su ira se desvanecié Se acercé y le dijo a Diana: “Ya estd, vete de aqui.”

Diana levanté la mirada y miré a Asier, buscando su aprobacién antes de siquiera moverse. Elia le habfa dicho que se fuera, lo cual la emocionaba, pero no se atrevia a moverse si Asier no hablaba. “Vetel” Asier dijo con una voz fria.

Diana se fue rapidamente, casi arrastrandose.

El gerente del centro comercial llegé al escuchar la noticia, disculpandose en seguida con reverencia: “Sefor Griera, tmese un mate para calmarse, una vez mas, lo sentimos mucho, fue un error de nuestra parte dejar que esa persona entrara y le ofendiera.”

Los empleados de la joyeria estaban tan asustados que no se atrevian a hablar e2

En la situacion anterior, todo lo que podian hacer era mirar, sin poder decir nada.

Asier lanzé una mirada severa al gerente del centro comercial.

El gerente estaba tan asustado que sus rodillas temblaban, y el mate que sostenfa en su mano casi se derrama.

“Traigan todos los mejores regalos para el Dia de la Madre que tengan aqui.” Asier ordené.

El gerente del centro comercial se quedé atdnito por un momento, luego reaccioné con una mezcla de miedo y alegrfa, asintiendo rapidamente: “Si, sf, vamos a buscarlos ahora...”

El gerente rapidamente le pidio al personal del centro comercial que trajera todos los regalos principales para el Dia de la Madre.

Elia mir a Aster con curiosidad y pensé: ;Estaba pidiendo regalos para el Dia de la Madre por lo que los nifos habian dicho antes?

El personal del centro comercial se apresuré a organizar los mejores regalos para el Dia de la Madre.

El gerente del centro comercial, con una sonrisa en su rostro, le dijo a Asier con cortesia: “Sefior Griera, tenemos una sala de descanso, siéntese alli un momento, los regalos se llevaran alli mas tarde.”

“Mmm. Asier asintié, con una mano levanté a Inés que estaba a su lado, y agarré la mano de Iria con la otra, luego se dirigi¢ hacia la sala de descanso. Ela se adelanto, tom6 de la mano a Joel y Abel, y los siguio.

Apenas dieron unos pasos cuando escucharon una voz familiar.

“Muévanlo todo aqui, coléquenlo con cuidado.”

Elia conocia muy bien esa voz. Miré hacia donde provenia y vio a Sergio entrando al centro comercial con varios trabajadores, cada uno cargaba una caja de carton y las colocaban en el lugar que él indicaba.

Mientras ella miraba a Sergio, Sergio también se percaté de su presencia.

Por un momento, sus miradas se encontraron y un aire sombrio llené el ambiente.

En los ojos &mbar de Sergio parecia haber una tristeza profunda que hizo que Elia sintiera un nudo en el estbmago.

Artes de que pudiera analizar el significado de la mirada de Sergio, sintié un escalofrio en la espalda y se giré para encontrarse con los 0jos oscuros de Asier, que estaban llenos de una frialdad aterradora.

Un escalofrio recorri6 su espina dorsal y se extendi6 por todo su cuerpo, haciendo que Elia se sintiera aterrorizada, e inmediatamente bajo la vista en

silencio

En ese momento, Sergio también aparté la mirada y no se acercé a saludarlos, era como si solo hubiera visto a un extrafio. Continuo dando érdenes a los trabajadores, sacando los teléfonos moéviles de las cajas y colocandolos en el mostrador.

Ese centro comercial era un lugar de venta de los teléfonos méviles de Sergio

Los trabajadores sacaron los teléfonos, abrieron las cajas y comenzaron a colocarlos en el mostrador.

De repente, los teléfonos que ya estaban en el mostrador comenzaron a explotar en cadena.

Los que estaban frente al mostrador se dispersaron asustados. Fragmentos de vidrio volaban por todas partes acompanados de varios chispazos. Cuidado Elia grito, sus pupilas se dilataron y tiro de los nifios hacia ella, abrazandolos y usando su espalda para protegerlos de la