¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 780
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Capitulo 780
Elia pensaba que Bruno se iba a parar el coche para evitar la escena.
Justo cuando se resigné a su desting, Asier la solté. Su frente estaba contra la de ella y ella estaba respirando con dificultad, intentando calmar su
aliento.
Los ojos de Elia estaban llenos de lagrimas, sentia su cabeza mareada y su respiracion agitada. Ella se vio obligada a apoyarse en la frente de Asier, soportando su fuerte aliento. Sus manos grandes acariciaban su rostro, como si fuera el calor de su piel el que calmaba el ardor de su cuerpo.
Bruno fue el primero en salir del coche, y no dijo ni una sola palabra, ni siquiera se atrevia a mirar. Sabia de sobra que en cuanto a los asuntos personales del Sr. Griera, cudnto menos sepas, mejor. De lo contrario, el perjudicado seria él.
Bruno habia estado al lado de Asier durante muchos afios, y entendia muy bien ese principio. Después de un tiempo, Asier logré controlar su intensa reaccion, solté a Elia y bajo del coche.e2 Elia recobré sus sentidos y rapidamente se bajo del coche con él.
Solo al salir del coche se dieron cuenta de que estaban en un gran centro comercial
¢No estaba Bruno conduciendo segun la ubicacion del collar? ;Cémo llegaron al centro comercial? ;Acaso su collar estaba en el centro comercial?
Pero ella lo habia perdido en la oficina.
Asier la mir6 de reojo y luego se dirigi6 al interior del centro comercial.
Elia se apresuro a seguirlo.
Al entrar en el centro comercial, Elia vio de inmediato a cuatro adorables figuras pequenas frente a un mostrador de joyeria de marca.
;Quiénes podrian ser sino sus cuatro pequefos tesoros?
Los pequefios estaban hablando con una mujer, con Fabio cuidandolos desde atras, pero sin interferir en la conversacion de los nifios con la mujer.
Al mirar de cerca, Elia reconoci6 a la mujer. Era su companiera de trabajo, Diana.
Diana apretaba el collar en su mano, insatisfecha con lo que Inés le deca. “;De donde salieron estos nifios, diciendo tonterias?”
“No estoy diciendo tonterfas, el collar que tienes en tus manos realmente pertenece a mi mam4, no puedes venderlo”. Insisti6 la nifia, con su voz infantil y con un rostro serio, mirando fijamente a Diana.
Ella vefa a su mama usar ese collar todos los dfas, su mama debia amarlo mucho, jpor qué el collar estaba en manos de otra persona?, y encima se iba, a vender.
El rostro de Diana mostré preocupacion, estaba un poco nerviosa, al principio queria enfadarse, pero al ver que eran solo nifios, fingié una sonrisa calmada y dijo: “Nifia, debes estar confundida, este collar es mio, no de tu madre. Tal vez tu madre tiene uno igual que el mio.”
Solo era una nifia, serfa facil enganarla. Ademds, el collar era de Elia. Elia no parecia estar casada, ;cémo podria tener una hija tan grande?
Debia ser un error de la nia.
Inés fruncié el cefio, y dijo con cara seria: “No me he equivocado, este es de mi mama. Mi mama lleva el original, solo hay uno de esos collares, no puede haber otro igual. Sefiorita vendedora, ;no es cierto lo que digo?”
Inés era una experta en joyas, nunca se equivocaba al identificar una joya.
Como su mama llevaba ese collar todos los dias, le pidi6é a su hermano Abel que investigara la historia del collar, era un disefio personalizado, nico en el mundo.
La vendedora sonrié con complicidad y dijo: “Es cierto, este collar es tinico en el mundo, si hubiera uno igual, tendrfa que ser falso.”
El falso es el de tu mam4, el mio no es falso!”, al oir a la vendedora decir que si habfa uno igual tenfa que ser falso, Diana se puso nerviosa y se apresur6 a demostrar que el collar en sus manos era auténtico.
Habfa venido en ese dia para vender el collar y conseguir dinero. Si se decia que era falso, jcomo podria conseguir dinero?
¢De quién serian esos nifos para tener interés en su coll
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