Capitulo 392

“Elia, no me ruegues mas, prefiero morir que estar sin ti.” Sergio temblaba, su voz llene de sollozos resonaba por el teléfono.

Era una tristeza tan profunda, una desesperacion y un dolor.

Elia sinti6 sus lagrimas caer, su corazon estaba herido hasta el punto de la asfixia.

Podia sentir el dolor de Sergio, su desesperacién

Dos personas que deberian amarse, al final tuvieron que tomar caminos separados, convirtiéndose en desconocidos.

Sentia desesperacion, impotencia, ;qué mas podia hacer?

Elia ansiosamente, con la voz llena de sollozos, pregunté nerviosamente: “Vania, ;qué camino estan tomando ahora? Voy de inmediato.”

Vania, llorando desconsoladamente, le dijo a Elia en qué tramo del camino se encontraban

Aln no habia entrado en una la familia rica, atin no queria morir, no queria perder su vida asi.g2 Habia una vida tan hermosa esperandola en el futuro, no queria ser destrozada por una explosion. Tenia miedo, miedo de ser arrastrada por Sergio, de dejar este mundo de manera tan tragica.

Una vez que Elia supo en qué tramo del camino estaban, giré el volante urgentemente y se dirigié hacia ese camino.

Esa carretera no estaba lejos de ella, estaba en el tramo de carretera de al lado

Solo tenia que girar la esquina para llegar a ese tramo de carretera

No habfa tiempo para pensar, era una situacién urgente

Elia ignoro la luz roja y adelant6 directamente, casi chocando con el auto de delante. En este momento critico, su habilidad para conducir parecié mejorar

Justo cuando estaba a punto de chocar con el auto de delante, gir6 rapidamente el volante y esquivo el auto, adelantandolo.

Llegé al tramo de carretera que Vania habia mencionado. En esa carretera, muchos autos ya se habfan detenido. Algunas personas hablan bajado de sus autos y estaban de pie en la carretera, discutiendo y expresando su asombro.

“Hay un auto en llamas delante, y sigue conduciendo a toda velocidad, es como si no le importara su vida"

"Exacto deberiamos detenemos y esperar un rato, para no ser arrastrados inocentemente y perder nuestras vidas.

“Los jévenes de hoy son realmente aterradores, es como si estuvieran jugando a la ruleta rusa con sus autos”

Al escuchar sus comentarios, Elia supo que era el auto de Sergio. Al ver la direccién en la que se habian detenido muchos autos, Elia dedujo la direccién en la que habia ido el auto de Sergio Habia un hombre de mediana edad al borde de la carretera que, al ver que su auto se dirigia en esa direccion, le advirtié6 amablemente: “Sefiorita, detenga el auto, hay un auto adelante a punto de explotar Si explota, te arrastrard a ti...”

Antes de que el hombre de mediana edad pudiera terminar de hablar, Elia piso el acelerador y se dirigi6 a la direccién que habfan mencionado a la mayor velocidad

Ahora, estaba comiendo contra la muerte

El auto iba muy rapido, pero el corazén de Elia estaba apretado

Tenia que ser mas rapida, alin mas rapida, tenia que detener a Sergio antes de que su auto explotara

Elia apret6 el volante, su cuerpo tenso, sus nervios en alto.

El auto iba rapido como un rayo.

Nunca habia pensado que algun dia tendria que correr a toda velocidad, adelantando a todos los demas vehiculos.

Finalmente, vio el auto con fuego en la parte trasera en el horizonte

Ese Porsche plateado, con las llamas encendidas en la parte trasera, viajando por la carretera, era como una bomba de tiempo movil, lista para explotar en cualquier momento

Al ver ese auto, el corazén de Elia se apreté ain mas. Condujo rapidamente hacia adelante. Cuando estaba a punto de acercarse, tocé la bocina para advertir al auto de delante que se detuviera

En este momento, Sergio s6lo queria morir con Vania

Su corazén estaba roto, estaba lleno de dolor, sus ojos estaban rojos, su rostro lleno de tristeza y rabia.

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