Capitulo 390

El instintivamente intent¢ levantarse, pero Asier la sujeto firmemente por la cintura, manteniéndola en su lugar. Su agarre era fuerte, pero no lo suficiente para causarle dolor, sélo lo suficiente para evitar que se fuera.

Elia, que ya estaba nerviosa, se sintié atin mas inquieta al sentir la presencia imponente de Asier Su espalda estaba contra su pecho fuerte, su trasero sentado en sus musios ardientes y su cintura, sostenida por su mano fuerte y poderosa. Cualquier intento de movimiento parecia ser detenido por su agame

Elia trago con dificultad, su cuerpo estaba tenso y no se atrevia a hacer ningtin movimiento de mas, por miedo a que cualquier accion pudiera provocar algo mas.

Con cuidado, dijo. Sr. Griera, estamos en la oficina, este es un lugar de trabajo.”

Apenas terminé de hablar, sintié un roce célido y rugoso en su mejilla. Un rostro con una ligera sombra de barba rasgé su piel, causandole una sensacion de cosquilleo y picazén.

El rostro de Asier se acercé al de Elia, su mejilla rozaba la de ella, su presencia dominante y poderosa la estaba envolviendo, presiondndole cada centimetro de su piel

Su corazon latia con fuerza, como si el agua estuviera hirviendo, con un sonido constante de “bum, bum”.

“Estas tratando de recordarme que deberfa considerar acostarme contigo como parte del trabajo, sin sentimientos involucrados. jeh?” Su voz profunda y ronca resoné en su oido g2

Era sexy y peligrosamente atractivo

Su aliento caliente se rociaba en la delicada piel detras de su oido, causandole cosquilleo y picazén. Elia se encogi6 de miedo y terror.

Sus palabras la hicieron ruborizarse de vergtenza y humillacion

Traté de explicarse “No es eso lo que quise decir, estoy diciendo que estamos en la oficina, alguien podria entrar en cualquier momento y vernos...”

Después de las dos veces en la Villa Serenidad, ya habia experimentado su intensidad. Simplemente la dejo tan exhausta que no pudo pararse de la cama.

Ser su mujer no era tarea facil

“Sin mi permiso, nadie se atreverfa a entrar,” Asier respondi6 con una voz dominante y amenazadora.

Su rostro, caliente como un fuego, se pegé a la piel fria de Elia, como si el hielo y el fuego se fusionaran, creando chispas.

Mientras hablaba, sus labios se acercaron a su cuello y la besaron suavemente

A pesar de ser un simple gesto, a Elia le costaba trabajo respirar, su pecho subiendo y bajando con cada respiracion.

Elia estaba asustada, su peligrosidad era algo que ella no podia manejar “Sr. Griera, todavia tengo mucho trabajo por hacer...”

Ella intent¢ liberarse de su agarre, intentando escapar

Justo cuando estaba en panico, los labios de Asier se separaron de su piel repentinamente. Aunque habia dejado de besarla, su agarre en su cintura se apreté atin mas: No te muevas!”

Con su agarre, Elia se quedd inmovil, como si un depredador tuviera su vida en su garra, y cualquier movimiento resultaria en sangre.

Permaneci6 quieta, sin atreverse a moverse

Al siguiente instante, sinti6 algo frio en su cuelio. Al mirar hacia abajo, vio un collar de platino con un dije en forma de nube. Alrededor de la nube habia unos diez diamantes, todos de tamafio perfecto, rodeando la nube y emitiendo un brillo como si el sol estuviera iluminando la nube.

Era deslumbrante y parecia sacado de un suefio

Asier le puso el collar

Elia, nerviosa y cunosa, pregunto: “Sr. Griera, por qué me esta dando un regalo asi de repente?” “Porque estoy de buen humor, respondié Asier con su voz baja y ronca.

Elia

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