¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 387

Capitulo 387

Mam es tan célida, tan hermosa, tan adorable, ;cémo puede soportar ver a mama en la carcel? Joel asinti6 con la cabeza con firmeza “Si, tenemos que ayudar a mama, tenemos que ganar dinero para ella!”

Su pequefia mano se cerré en un pufio, la coloco en su pecho, hizo un gesto de &nimo, con su pequefio rostro serio Luego, gruiié un poco “Malvado Asier, siempre molesta a mam4, no es nuestro papé, no lo queremos como papa!”

Esa voz, tan perdida y decepcionada, pero, sobre todo, estaba llena de carifio por su mama Habian investigado anteriormente y descubrieron que el amuleto que su padre le dio a mama, era una reliquia familiar de Asier. Ademas, Abel se parecia mucho a Asier

Por lo tanto, los pequefos estaban convencidos de que Asier era su padre.

También le preguntaron a Elia si Asier era realmente su padre.g2

Elia lo negd

Al principio, no entendieron por qué mama negaria que Asier era su padre.

Ahora, después de escuchar lo que mama dijo, Joel y Abel parecieron entender por qué mama lo habia negado.

Resulta que su padre habia sido muy cruel con mama.

Joel y Abel estaban susurrando, cuando de repente se oy6 el ruido de la puerta.

Los pequefios reaccionaron rapidamente, se acostaron inmediatamente, se quedaron inmoviles, fingiendo estar dormidos.

Elia abri6 la puerta de la habitacion, bajo la luz de la luna, miré a los cuatro pequefios durmiendo en la cama.

Iria estaba acostada de lado, con la cabeza colgando de la cama y la piema sobre Ines, su gordito cuerpo lucia adorablemente suave.

Inés, por otro lado, dormia boca abajo, con la cabeza de lado, con la mitad de su cara aplastada, la boca fruncida, respirando dulcemente. Solo la pierna gordita de Ina sobre ella la hacia un poco incobmoda, arrugaba ligeramente sus cejas infantiles.

Abel y Joel dormian al final de la cama, ambos dormian uno al lado del otro, pero respiraban dulcemente.

Al oler el aroma a leche en la habitacién, y la respiracion dulce de los nifios, Elia se sintié enormemente calida por dentro, y una sonrisa se dibujo en sus labios. Entré silenciosamente, quitéd la pierna de Iria de Inés, la abrazo para que durmiera bien y no se cayera de la cama

Luego, arrop bien a Ines, Abel y Joel

Se quedo de pie en la oscuridad, contemplando a sus cuatro adorables nifios.

Con ellos a su lado, se sentia segura.

Pero cada vez que pensaba en lo que pasarfa si Asier descubrfa la existencia de los nifios, temfa perderlos.

Esa idea le quitaba el aliento

Anteriormente los nifios le habian preguntado si Asier, que se parecia un poco a Abel, era su padre. En ese momento, ella atin no habia encontrado el amuleto y no sabia que el padre de sus hijos era Asier Por lo tanto, negé rotundamente que Asier fuera su padre.

Ahora, estaba segura de que Asier era el hombre de aquella noche hace cinco anos, el padre biolégico de los nifios.

Pero ya no podia decirles la verdad a los nifios

Porque su padre no le gustaba los nifios, y menos aun le iba a gustar los que ella tuvo.

Temia que, si se lo decfa a los nifos, sus expectativas iban a ser muy altas, y la decepcion seria aun mayor.

Sus adorables nifios, a quienes amaba con todo su corazén, no podia permitir que sufneran ni un poco.

Elia sinti6 una ola de compasién, se inclind y beso a iria en la cara, esa sensacion suave y regordeta, era realmente adictiva, muy sanadora.

Luego, Elia beso a Inés, Abel, Joel

“Mmm, mama” Joel se gir, su voz infantil sono mimada