¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1811

Capitulo 1811

El apret6 un poco mas el brazo de Natasha y retrocedi6 un paso, con una mirada ansiosa que pasaba de Abel a Bruno, luego a Ramiro, Elia y Asier.

Al darse cuenta de que Elia los estaba observando, Samuel dijo con nerviosismo: “Solo somos empleados...”

“Samuel, liévate a Natasha,” intervino Elia.

“¢ Qué has dicho?” Natasha mir6 a Elia incrédula. Después de lo que habian hecho para herirla, ¢Elia les permitia irse asi nomas?

Elia sefial6 discretamente hacia la puerta trasera por donde Lopez y Pascual habian salido y afadio: "Vayanse.”

No es que no quisiera responsabilizar a Samuel y Natasha, sino que siempre les habia agradecido en el fondo.

Como ellos dijeron, solo eran empleados, y los jefes les habian ordenado actuar asi; ellos también eran victimas de las circunstancias. Y si habia que responsabilizar a Samuel y Natasha, no seria en un momento de tanta tension.

Tras la confirmacion de Elia, Natasha miré a su alrededor con incredulidad, llenandose de asombro, sin esperar que Elia la dejara ir asi.g2 Mientras dudaba, Samuel la tomo y se alejaron.

“Entonces, si no hay problema, también me voy...” Janet, que habia estado paralizada hasta ese momento, finalmente reaccion6 y quiso marcharse rapidamente.

Otra mujer de mediana edad también se apresuré a seguirla, preparandose para dejar el lugar.

“jAlto!” Elia avanz6 rapidamente para bloquearles el paso.

“Jeje, Elia, hace mucho que no nos vemos, deberiamos reunirnos otra vez cuando haya tiempo, pero ahora realmente tengo que irme..."” Janet intent6 disimular con una sonrisa y hablé con una excusa honorable.

Sin embargo, Elia no estaba de humor para bromas y la miré con una expresion severa: “Janet, no te tengo rencor, ¢por qué intentas perjudicarme?” Continué con una mirada aguda hacia la otra mujer: “Y tw, ni siquiera te habia visto antes de esto, ¢ por qué dices mentiras?” La mujer se inquiet6 bajo la penetrante mirada de Elia. Al darse cuenta de que Lopez y Pascual ya habian huido, supo que no tenia sentido seguir resistiendo.

Entonces, con una mirada suplicante hacia Elia, dijo: “Yo tampoco queria, pero Lopez me amenaz6. Dijo que si no hacia lo que él queria, me despediria y le diria a todas las empresas del sector que no me contrataran. Mi hija aun esta en la secundaria y necesita dinero, mis padres estan enfermos y avanzados en edad, y yo soy la Unica proveedora. Si me quedo sin trabajo, no sabria como seguir adelante.” Al decir esto, su rostro mostraba la urgencia de su situacion, con lagrimas a punto de brotar.

Elia fruncié el cefio y dijo: “Puedes irte.”

Ella también habia comenzado desde abajo y entendia la desesperacion y la amargura de los que luchan por sobrevivir; el trabajo era mas importante que la vida misma en esas circunstancias. La mujer, al oir que podia irse, agarré la mano de Elia con emocién y dijo con los ojos llenos de lagrimas: “Gracias, gracias, eres una buena persona...”. Con un sollozo, hizo una reverencia profunda y se fue rapidamente por la puerta trasera.

Viendo que la mujer se habia ido, Janet intent6 sonreir para complacer a Elia: “Mira, Elia, fuimos colegas y teniamos una buena relacion. Esta vez me dejé engafiar y tomé una mala decision, ¢ puedes perdonarme solo esta vez?"

“¢Ah si? ¢Una buena relacién? Entonces, ¢por qué te uniste a otros para tenderme una trampa? Te pregunté si tenias algun motivo y dijiste que decias la verdad. Te di una oportunidad y la desaprovechaste,” respondio Elia con frialdad.

Capitulo 1812