Capitulo 1773

Ella asinti6 y dijo Esta bien, esperare un afio mas, y en un afo podré verlos de nuevo”

Cuando tenga tiempo, en el dia de puertas abiertas de la escuela, te llevare a verlos’, Asier finalmente cedid, sabiendo cuanto extrafiaba Elia a

los nifos.

"En serio?” Elia levanté la cabeza abruptamente, mirando a Asier con una sorpresa feliz.

Asier acaricio su cabeza suavemente y dijo con ternura: “Por supuesto que es verdad.”

Aunque visitar a los nifos requeria el consentimiento de Benjamin y tenfa que convencer a Benjamin para llevar a Elia, no podia soportar verla

sufrir tanto,

Haria todo lo posible.

"iEso es maravilloso!’ Elia se llené de alegria, sintiéndose revitalizada.

Se levantd y le dijo a Asier con una sonrisa: “Levantémonos y comamos.”

Después de decir esto, rapidamente se bajé de la cama y se acercé a Asier, lista para ayudarlo a levantarse. Pero antes de que pudiera actuar, vio que Asier ya estaba moviendo sus piernas y sentandose al borde de la cama.g2

Elia se sinti6 un poco torpe, parada junto a la cama sin saber qué hacer.

Asier la mir6 y le indicé que se moviera.

“¢Ah?" Elia estaba confundida, sin entender qué queria decir Asier.

Asier sefal6 detras de ella, y cuando ella se volvié, vio la silla de ruedas y finalmente comprendié. Estaba a punto de ayudar a Asier a acercar la silla de ruedas, pero justo cuando tocé la silla, escuchd a Asier decir: “No es necesario, puedo hacerlo yo.”

La mano de Elia se detuvo bruscamente y retrocedid, sonriendo incomodamente y haciéndose a un lado para dejar espacio a Asier.

Asier extendié el brazo y acerco la silla de ruedas a la cama con facilidad, apoyandose en ella, se sent6 en un solo movimiento,

Sus acciones eran habiles y decididas.

Movida por la curiosidad, Elia pregunté: “;Siempre te has levantado y acostado por ti mismo?” “iDe qué otra forma seria? Si voy a estar en una silla de ruedas para siempre, tengo que aprender a hacerlo solo”, respondié Asier con

indiferencia.

Pero Elia se sinti6 pesada por dentro.

Esa simple frase sobre estar en una silla de ruedas para siempre llevaba un peso demasiado grande, una crueldad inmensa.

Que Asier, un hombre tan orgulloso y distinguido, tenga que vivir el resto de su vida en una silla de ruedas era un golpe a su dignidad y un pisoteo a una vida de superioridad.

Floria dijo que a Asier solo le tom cinco minutos tranquilizar su mente agitada.

Elia no podia mas que admirar la fortaleza interior de Asier, pero también podia imaginar cuan devastador fue ese golpe en esos cinco minutos.

Perdida en sus pensamientos, Elia vio a Asier empujando su silla de ruedas hacia adelante y répidamente volvié en si, acercandose para decir con un tono ligero: “Déjame empujarte.”

Ella empujo el manillar de la silla de ruedas, y Asier no dijo nada.

Juntos tomaron el ascensor al primer piso, donde vieron a Fabio dando instrucciones a los sirvientes. Antes de terminar, al ver a Elia y Asier, rdpidamente interrumpié la conversacién y se acercé respetuosamente a Asier, preguntando: “Sr Asier, la comida ya esta lista en la cocina, ;servimos ahora?”

Asier mir6 a Fabio con calma y pregunté: “;Qué crees ti?”

Fabio se sorprendié por un momento y luego dijo rapidamente: “Sf, si, claro, iré a organizarlo ahora mismo.*

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