¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1739

Capitulo 1739

"¢En emergencias?” Esas palabras golpearon un nervio en Asier, quien miraba a Orson con una mirada helada como el hielo, hasta hacerle temblar las piernas.

“Lo siento, Asier, yo tampoco queria que esto pasara, pero el accidente ocurrié sin previo aviso”, dijo Orson, ciaramente angustiado.

Se suponfa que iba feliz a buscar a Jimena, si no hubiera sido por el accidente, probablemente ya estarian en camino al registro civil.

En lugar de eso, estaba en el hospital esperando ansiosamente, temiendo lo peor.

Asier dirigi6 su mirada de Orson hacia la sala de emergencias, fijandose en el letrero que anunciaba la urgencia médica. Su mandibula se tenso, su cuerpo entero emanaba tension.

Orson, viendo que Asier no hablaba, también decidié mantenerse en silencio.

El ambiente en el pasillo de la sala de emergencias se volvi6 cada vez més pesado, llegando a ser asfixiante.

Después de una espera ansiosa que duré media hora, la puerta de la sala de emergencias se abri6 y sali6 el médico.

Asier lo vio y rapidamente intent6 acercarse, pero Orson se adelanté con grandes zancadas hacia el médico. "Doctor, ;como esta Elia?”, pregunt6 inmediatamente.g2

“Solo heridas superficiales, nada serio. Solo tiene que cuidar que la herida no se infecte”, respondié el médico.

Al oir esto, Orson finalmente se relajé después de haber estado tan tenso, y agradecié al médico con alivio.

Delante de Asier estaba la figura alta de Orson, como un muro entre él y el médico, hablando preocupado por Elia, mientras que Asier solo podfia sentarse en su silla de ruedas y escuchar desde atras.

Por estar en una silla de ruedas, habia perdido la oportunidad de llegar primero al médico.

Esa era la diferencia entre él y la gente sin discapacidades.

"Asier, ;escuchaste? Elia est4 bien, solo necesita descansar unos dias”, dijo Orson después de hablar con el médico, volviéndose hacia Asier atin asustado.

Esperaba ver a Asier igual de aliviado, pero se encontré con su rostro severo y frio, sus ojos profundos imponian respeto.

Orson terminé de hablar feliz, pero antes de obtener una respuesta de Asier, vio como este giraba su silla de ruedas en otra direccion, dirigiéndose hacia la salida de la sala de emergencias.

Bruno rapidamente siguié adelante, empujando la silla de ruedas de Asier.

Confundido, Orson pregunté: “Asier, jno vas a esperar a que Elia salga?”

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Asier no le respondi6 y siguié su camino fuera del pasillo de emergencia.

En ese momento, el médico y la enfermera salieron con Elia de la sala de emergencias, y Orson se apresuro a recibirla.

A peticion de Orson, Elia fue llevada a la misma habitacion que Jimena.

Orson esperd en la habitacion unas cinco horas hasta que Jimena despert6 primero. Tocandose la cabeza dolorida, pregunté: “;Doénde estoy?”

"Jimena, despertaste!”, exclamé Orson acercandose rapidamente.

Al ver a Orson, Jimena recordé su ausencia de casi cuatro dias, habfa bebido para ahogar sus penas por él.

Y ahora, al verlo, su ira estallé y levanté la mano para golpearlo: “jOrson, desalmado, como te atreves a aparecer!”

Orson rapidamente cogi6 su mano y la atrajo hacia su pecho, como un nifio grande herido, diciendo con tristeza: “Jimena, lo siento, por hacerte esperar tanto.”

“iNo me vengas con esas!”, grit6 Jimena intentando soltarse.

“Shh, mas bajo, no vayas a despertar a Elia”, le hizo Orson una sefial para que guardara silencio. ";Elia?” Jimena se sorprendi6 y miré a su alrededor, ddndose cuenta de que estaban en un hospital y que Elia yacfa en otra cama.

Sorprendida, Jimena exclamé: “Elia, qué te pasé!”

Empujando a Orson, se lanz6 hacia Elia.